"Los culpables son los que son"
Alonso rompe su silencio para rechazar las críticas de McLaren por el caso de espionaje
Tras dos semanas de silencio y de encajar todo tipo de críticas, Fernando Alonso volvió a hablar. Lo hizo ayer en el circuito del Monte Fuji y no se anduvo por las ramas. Rechazó de plano algunas de las flechas envenenadas que le ha mandado el equipo y mantuvo su postura de que el único responsable del espionaje es McLaren. Su enfrentamiento con los responsables de la escudería británica es absoluto. Cada vez resulta más evidente que Alonso está solo y aislado en el seno del equipo. Con los únicos que habla es con sus ingenieros y sus mecánicos, y sólo de asuntos de las carreras. Lo más sorprendente es que, como él mismo afirma, su cabeza sea capaz de fortificarse frente a todas estas adversidades y pensar solamente en ganar las tres últimas carreras del calendario, en las que tiene la opción de anular la distancia de dos puntos que le lleva Lewis Hamilton, su compañero y líder del Mundial, y convertirse por tercera vez consecutiva en campeón del mundo de F-1, algo que sólo han logrado dos pilotos en la historia: Juan Manuel Fangio (que encadenó cuatro) y Michael Schumacher (cinco).
"Lo que me importa es el campeonato. Del mal ambiente en el equipo es de lo que se escribe"
"Al final, los culpables son culpables y los que no lo son, no lo son", afirmó ayer el piloto asturiano, de 26 años, respecto a la polémica por el espionaje a Ferrari, en una clara alusión a su propio equipo, la escudería McLaren Mercedes, y a él mismo. "Si alguien hace algo mal, se le pone una penalización y le hacen pagar por ello. Y si luego intentas implicar a los pilotos porque han intercambiado dos e-mails para tratar de que no se hable de verdad de la multa y de la sanción de los puntos del campeonato... Hagan lo que hagan, no los van a recuperar. Por tanto, todo esto no me afecta demasiado". La respuesta se produjo a la pregunta de si McLaren estaba intentando verter una cortina de humo para tapar la multa de 70 millones de euros y la pérdida de todos los puntos del Mundial de Constructores.
Las acusaciones que flotan sobre la cabeza de Alonso no son tampoco nada despreciables. Ron Dennis, presidente de McLaren, asegura que el español le amenazó en el Gran Premio de Hungría con desvelar los comprometedores e-mails entre él y De la Rosa, lo que provocó que fuera el propio Dennis quien llamara a Mosley, advirtiéndole de su existencia. Después, el abogado de Ferrari, Nigel Tozzi, afirmó durante el Consejo Mundial de la FIA que Alonso fue quien mostró a Bernie Ecclestone los e-mails que el patrón de la F-1 hizo llegar a Max Mosley y que luego motivaron la carta del presidente de la FIA exigiendo a los pilotos su colaboración. Alonso fue el primero en mandar todo el material que poseía sobre el espionaje a la FIA. Algunas personas del equipo consideran a Alonso un traidor y su sola presencia hace la vida irrespirable en McLaren. Aunque algunas de las acusaciones, como la del abogado de Ferrari, están por demostrar, es evidente que todo eso no constituye por sí mismo ningún acto de espionaje, sino que es una consecuencia del caudal de información que alguien de McLaren obtuvo fraudulentamente de Ferrari.
La situación sigue siendo insostenible. La relación está rota hasta el punto de que el equipo ha abierto la caja de los truenos contra Alonso en sus zonas de influencia, Gran Bretaña y Alemania, y que el asturiano ni siquiera intenta dulcificar su discurso. Cuando ayer le preguntaron si había pasado alguna vez por una situación parecida, respondió: "No". Pero de inmediato matizó: "Ni sí, ni no. El año pasado estaba igualado a puntos con Michael Schumacher antes del Gran Premio de Japón y ahora estoy dos puntos por detrás de Hamilton. Ésta es la única situación que a mí de verdad me importa, porque es el campeonato lo que está en juego. Lo del mal ambiente en el equipo es lo que se escribe. Yo llegué el miércoles, di una vuelta al circuito con mis ingenieros, y hoy he visto con ellos diversos vídeos en Youtube de coches derrapando y teledirigidos, cosas absolutamente normales".
Alonso asegura que no espera que McLaren intente perjudicarle en las estrategias o en su coche para que Lewis Hamilton pueda ganar el título mundial. "No temo ninguna jugada", dijo. "Es evidente que necesito acabar las próximas tres carreras y que estar en el podio es casi una obligación para mí. Si no, diría ya adiós al título". Sin embargo, convive con el equipo el menor tiempo posible. Ayer, llegó al circuito japonés pasada la una de la tarde y se fue alrededor de las cinco. Tampoco él está bien en McLaren.
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