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Reportaje:Catástrofes: lluvia y fuego

Las ayudas no llegan a Conil

El Ayuntamiento solicita amparo al Defensor del Pueblo por los incendios de 2006

Manuela de Alba vio morir ahogadas en sólo un momento a sus 500 gallinas. Fue en una terrible semana de julio de 2006 cuando el municipio donde tiene su granja, Conil (Cádiz), sufrió una oleada de incendios. Se quedó sin sus gallinas, que murieron asfixiadas por el humo, sin lo sembrado en el campo, sin las naves que eran su único sustento económico. "Perdimos en un solo día 30.000 euros". Más de un año después, y a pesar de las promesas realizadas entonces, no ha recibido las ayudas anunciadas para paliar todos los daños. Sólo consiguió 1.800 euros para las necesidades más urgentes de los primeros días. El Ayuntamiento de Conil va a solicitar amparo al Defensor del Pueblo español porque el Gobierno central no ha atendido sus reclamaciones económicas.

"Para que me salga un conserje y me dé un papel, preferí no ir a la Subdelegación"

Manuela de Alba tiene 63 años y lidera una finca familiar donde vende huevos y patatas. Aquella jornada de julio se quedó sin nada. Las patatas quemadas, que almacenaba en una nave lista para vender, se acumularon durante días sin ya posibles compradores. Tuvo que enterrar el medio millar de gallinas ponedoras que había conseguido juntar en los últimos años. Salvó la vida milagrosamente, porque el fuego llegó también a afectar a su casa.

Ella fue una de las víctimas más visibles de la sucesión de incendios que afectó a la urbanización de Roche en aquellos días. Llegaron a arder unas 300 hectáreas. El Ayuntamiento calcula que otras 11 familias sufrieron la pérdida de gran parte de sus bienes. Fueron días de visitas de autoridades que, según recuerda la mujer, vinieron cargadas de compromisos que, más de un año después, no se han cumplido. "No han pagado nada. Nosotros reclamamos. Fuimos al Ayuntamiento. A Urbanismo, para que nos arreglara la casa, un techo y una nave. Después fui a buscar a una asistenta social (también municipal) y nos dieron una ayuda de 1.800 euros", recuerda. Con ese dinero compró algunas gallinas. "Para tirar para delante", añade.

Durante unos días Manuela de Alba, como otros afectados, deambularon por las administraciones para buscar ayudas. Su principal enemigo fue la ignorancia. "En el Ayuntamiento preguntamos a quién teníamos que acudir. Nos respondieron que fuéramos a la Subdelegación del Gobierno porque era allí donde había papeles. Pero para que me salga un conserje y me dé un papel, preferí no ir", confiesa.

El alcalde de Conil, Antonio Roldán, de IU, sí acudió a la Subdelegación del Gobierno. Fue el 31 de octubre del pasado año. El subdelegado, Sebastián Saucedo, le atendió y recogió su petición de ayudas para los afectados. "Desde entonces no hemos recibido respuesta alguna", denuncia el primer edil. Por este motivo esta misma semana se ha dirigido al Defensor del Pueblo.

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El alcalde quería indemnizaciones parecidas a las recibidas en Galicia, que ese mismo verano había sufrido incendios similares. Desde la Subdelegación del Gobierno se ha explicado que el alcalde de Conil fue atendido aunque en la reunión se le explicó que las situaciones del municipio gaditano y de la comunidad gallega eran completamente diferentes. Con todo, se le indicó que su reclamación sería llevada a "instancias superiores". Esas instancias superiores nunca llegaron a contestar.

En busca de medidas urgentes

Los particulares afectados por los incendios de Chiclana y Roche (Conil) ocurridos en 2006 pudieron acogerse a ayudas puntuales ofrecidas por el Ayuntamiento, pero sólo para atender necesidades urgentes para las familias dentro del departamento de servicios sociales. Fueron aportaciones económicas para los que lo perdieron todo pero que no superaron los 1.800 euros.

Ni la Junta de Andalucía ni el Gobierno central aprobaron ayudas especiales para los damnificados por la sucesión de incendios de aquel verano. Incendios más recientes, de mayor envergadura, sí contaron con un programa extraordinarios de medidas paliativas.

Ocurrió este año en Canarias. Su Gobierno autonómico aprobó un decreto que creaba una ventanilla única para atender todas las necesidades más básicas. Hubo 8.500 euros por familia. Subvenciones de hasta el 50% para costear la rehabilitación de la vivienda afectada con 600 euros mensuales para alquiler en caso de destrucción total de la casa o hasta 12.000 euros en caso de segunda residencia.

Para los incendios de Galicia, también del verano de 2006, el Gobierno central aprobó un Real Decreto Ley para habilitar indemnizaciones similares para los afectados por el fuego. En Conil ardieron 300 hectáreas. En Galicia, 86.200. Y en Canarias, 11.000. Según denunciaron los vecinos, el Ayuntamiento de Conil, adonde se dirigieron por primera vez tras los fuegos, no les informó de las posibilidades de acogerse a ayudas de otras administraciones.

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