La familia Lara reclamó la dimisión del equipo gestor de Vueling antes de abandonar el consejo

Los desencuentros entre Planeta, primer accionista de Vueling, y el equipo gestor de la aerolínea de bajo coste -en serias dificultades por sus pérdidas y su descalabro en Bolsa-, datan de meses, pero estallaron el pasado lunes. La familia Lara, que participa en la compañía a través de Inversiones Hemisferio, reclamó de forma oficial la dimisión del equipo gestor de Vueling, con Carlos Muñoz a la cabeza, cosa que ya había solicitado de forma oficiosa en varias ocasiones. Al negarse a dimitir, el presidente de Vueling, José Miguel Abad, y los otros consejeros de la familia dueña de Planeta (Ferran Conti y José Creuheras) abandonaron el consejo.

Discrepancias

Según explican fuentes del sector, los dos puntos de mayor discrepancia consisten en la política comercial de la compañía, estrictamente basada en Internet como canal de venta -Lara creía debía abarcar los canales tradicionales-, y en el ritmo vertiginoso del plan de crecimiento de Vueling.

La rebaja de previsión de resultados anunciada en agosto (profit warning) fue un duro golpe y la familia Lara exigió un cambio "radical" a los gestores. La gota que colmó el vaso fue una auditoría interna reciente, que hace previsible una nueva rebaja de resultados, según fuentes del sector. De momento, Lara no ha abandonado el capital. La nueva presidenta de Vueling, Barbara Cassani, confió ayer en que la compañía aérea alcance la rentabilidad y anunció a este diario que la compañía empezará a vender billetes a través de canales tradicionales como las agencias de viajes.

Las pérdidas de la compañía (se quintuplicaron en el primer semestre) y su hundimiento en Bolsa (salió a 30 euros y ayer cerró a 11,59), han provocado la crisis.