Cumpleaños de un presidente

Hoy, 25 de septiembre, Adolfo Suárez cumple 75 años envuelto en una extraña enfermedad que le impide recordar pero no le impide ser recordado. En los últimos tiempos estamos siendo testigos de una labor de reconocimiento a su obra, innegable donde las haya, y a su persona. No me detendré en analizar su trabajo político durante la transición, de sobra conocido, sino que me fijaré en la persona, o en el personaje si lo prefieren así, aquél a quienes en la intimidad llamaban Adolfo.

Nuestro primer presidente constitucional reveló una gran fuerza interior al responder a los ataques y críticas aceradas con su silencio y discreción, sin avivar el fuego. Cuando abandonó la presidencia del Gobierno, ni por asomo se le ocurrió criticar a sus compañeros de la UCD (aunque tuviera motivos para ello) o conceder entrevistas o declaraciones públicas que erosionaran al Gobierno de entonces. Suárez realizó muchos encargos de Estado, poco conocidos por el gran público, a instancias de Felipe González, y durante la tensa campaña electoral de 1996 tendió puentes de contacto entre el candidato Aznar y el candidato González para suavizar las asperezas de ambos. Todas ellas, labores impregnadas de lealtad y con visión general al servicio del conjunto nacional.

Feliz cumpleaños, presidente, no lo olvidamos y le tributamos como mejor regalo nuestro agradecimiento y recuerdo de un político tan inigualable como la transición que le tocó liderar.