Rafael Pérez Escolar, abogado
Fue condenado en el 'caso Banesto' por su participación en la gestión del banco con Conde
Rafael Pérez Escolar murió el pasado viernes en Madrid a los 80 años. Según las fuentes que informaron de su fallecimiento, Pérez Escolar murió después de que su estado de salud empeorase hace varios días como consecuencia de un infarto cerebral. Tras una misa por su alma, fue enterrado el domingo en el cementerio de San Isidro, en una ceremonia que se desarrolló en la más estricta intimidad, pues uno de sus deseos era que los ejecutivos del Banco Santander no se enterasen de su muerte.
Rafael Pérez Escolar murió el pasado viernes en Madrid a los 80 años. Según las fuentes que informaron de su fallecimiento, Pérez Escolar murió después de que su estado de salud empeorase hace varios días como consecuencia de un infarto cerebral. Tras una misa por su alma, fue enterrado el domingo en el cementerio de San Isidro, en una ceremonia que se desarrolló en la más estricta intimidad, pues uno de sus deseos era que los ejecutivos del Banco Santander no se enterasen de su muerte.
El abogado y juez en excedencia fue condenado a 10 años de cárcel por su participación en la gestión de Banesto, del que fue consejero durante la presidencia de Mario Conde, también condenado. Tras pasar 54 días en prisión, inició una carrera de pleitos contra el presidente del Grupo Santander, Emilio Botín, y varios de los ejecutivos que dirigieron Banesto tras la puja realizada por el Banco de España tras la intervención, entre ellos, de Alfredo Sáenz.
Pérez Escolar, erudito y amante de la historia de Castilla (adquirió una abadía en su tierra burgalesa), prácticamente se entregó en cuerpo y alma a esa pelea jurídica. Aprovechaba cada año la junta de accionistas del banco para, junto con varios colaboradores, airear sus cuitas con la entidad.
Sin embargo, en diciembre de 2006 perdió una de las batallas que, precisamente, había iniciado José María Ruiz-Mateos y a la que él se sumó. La Audiencia Nacional declaró el sobreseimiento del caso de las cesiones de crédito de nuda propiedad del Banco Santander, tras 14 años de causa. En febrero de este año, la Audiencia de Cantabria archivó el procedimiento abierto contra Botín y ocho ejecutivos por la presunta comisión de varios delitos derivados de la entrega del 1% de las acciones de Banesto a 13 directivos en 1994.
Autor de ocho libros jurídicos y una novela (Juez de tinieblas), justificaba su intervención en los litigios en el cumplimiento de "un deber de conciencia, conociendo siempre quiénes son mis enemigos". Comenzó a trabajar a los 16 años, precisamente, en Banesto. Huérfano desde muy niño, tuvo que trabajar para costearse la carrera de derecho y las oposiciones a la judicatura, que ganó, aunque no llegó a ejercer porque los 50 años de trabajo en Banesto le llevaron a desempeñar varios cargos. Además de 10 años, por estafa y apropiación indebida, fue condenado a indemnizar a la entidad con 4,9 millones de euros.
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