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Reportaje:

La Noche en Blanco casi muere de éxito

La cita cultural, con millón y medio de personas, deslucida por colas masivas y fallos organizativos

Riadas humanas con cientos de miles de asistentes convirtieron la Noche en Blanco del sábado en un éxito. Pero el éxito estuvo a punto de acabar con la velada artística más intensa del año. Hacia la 1.30, las colas obligaron a esperar varias horas para acceder a la Biblioteca Nacional y al Teatro Real, y las estaciones del metro del centro quedaron desbordadas. El gentío invadía la calzada de la Gran Vía cuando aún circulaban vehículos y el Matadero tuvo que ser cerrado a las 3.00, incapaz de absorber a la muchedumbre. Por segundo año, la organización no pudo evitar que se repitieran las aglomeraciones, uno de los principales puntos negros de la pasada edición. Esta vez fueron un millón y medio de asistentes los que acudieron a la cita, según el Ayuntamiento, 500.000 más que el año pasado.

La lluvia cayó con intensidad hacia las 22.30 y obligó a anular momentáneamente algunos espectáculos callejeros. Poco después, el Conde Duque fue desalojado durante 15 minutos cuando el servicio de seguridad localizó un paquete con cables sospechosos. Falsa alarma. El hecho quedó en una anécdota comparado con algunos fallos organizativos.

La estación de metro de Banco de España, en dirección Sol, ubicada bajo una de las zonas más concurridas, quedó saturada hacia la 1.30, hora del cierre habitual, ya que el suburbano no amplió el horario. Así que fue imposible trasladar con fluidez a la multitud procedente del eje Prado-Recoletos. Además, los viajeros del último tren de la línea 3 quedaron atrapados 15 minutos entre Sol y Lavapiés.

La oferta, con más actos a cielo abierto y más participativos que en la edición de 2006, atrajo a más asistentes, pero el balance fue diverso. "Hay demasiados montajes de esos que llaman performance de los que no se entiende nada. No sé qué buscan, pero, más que sorprender, aburren, la verdad", señaló Cristina, en la plaza de Colón.

Muchos asistentes no pudieron orientarse bien, porque no había manera de conseguir un folleto informativo. Pronto se acabaron y los puntos de información sólo daban mapas, que no especifican las condiciones de los actos. Fue el caso de la Bolsa. Los visitantes se quejaron a gritos hacia las 12.30. Al llegar se habían topado con el cartel de no hay entradas, aunque se suponía que el recinto abría hasta la 1.30. Un empleado de la organización intentaba calmar los ánimos explicando que se habían repartido 900 entradas a partir de las 20.00 y que estaban agotadas. Muchos protestaban porque nadie les había avisado. "Esto es un timo. Si sales a las doce de la madrugada no puedes entrar en ninguna parte", exclamaba Francisco, un jubilado que iba con su mujer. Sólo llevaba el mapa oficial, en el que el único aviso era que la Bolsa abría hasta la 1.30.

Mejor recibida fue la apertura de los bares durante toda la noche. "Los locales fueron cerrando escalonadamente, incluso hasta las 7.00, y así la gente no tuvo que hacer sus necesidades en la calle ni tuvo que esperar por ahí a que abrieran el metro", comenta Manuel Gambarte, de la asociación de vecinos Maravillas Malasaña. Aun así, lamentó que el Ayuntamiento no hubiera organizado ningún acto en el barrio.

El colofón sucedió en el Matadero. Pasadas las 3.00 unos 14.000 jóvenes desbordaban el aforo (7.000 asistentes) y la seguridad privada bloqueó el acceso. "Nos quedamos media hora atrapados entre los que querían salir y los que pretendían entrar", contaba enfadado Borja Estévez. "La gente intentó entonces derribar una valla,

[que cerraba una de las entradas junto a la Casa del Reloj] y uno llegó a pegar a un guardia". Sobre las 4.00, en las Naves del Español, decenas de personas increpaban a otro miembro de seguridad: "¿Pero esto no cierra a las 7.00?". "No, todo ha terminado, se cierran todas las salas". Pero cuando se apagó la música, se organizaron batucadas. A las 5.15, aún salían cientos de personas del Matadero. Las aglomeraciones y el caos organizativo protagonizaron, un año más, la gran fiesta cultural nocturna de la capital.

Información elaborada por Pilar Álvarez, Silvia Blanco, Abel Grau y Francesco Manetto.

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