Un deporte bajo el signo de la división

La pelota se divide. Las cada vez más crecientes divergencias entre los organismos rectores de este deporte han situado a la especialidad en un estado de fragmentación y enfrentamiento. El pasado 15 de septiembre, se clausuró en San Francisco (EEUU) el Campeonato de Pelota Vasca, un mundial oficioso donde participó la selección de Euskadi y que estuvo organizado por el Consejo Mundial de Pelota, un ente privado promovido por el Gobierno de Juan José Ibarretxe. Este hecho ha enturbiado aún más si cabe las relaciones de este organismo con la Federación Internacional de Pelota Vasca (FIPV), que considera que la única potestad para llevar adelante un certamen mundial es suya y rechaza que tome parte el combinado de la comunidad autónoma.

Las desavenencias se iniciaron en 2002 tras pedir la federación vasca entrar con pleno derecho en la internacional

Este episodio se amplifica con el nuevo Campeonato del Mundo de Cesta Punta, que organiza el consejo y que se jugará hasta el próximo 21 de octubre en diversos frontones de Euskadi.

El pasado mes de diciembre, se constituyó el Consejo Mundial de Pelota Vasca y Asociados, auspiciado por el plan que para el desarrollo de este deporte ha elaborado el Ejecutivo autónomo. El diagnóstico de la Dirección de Deportes destacaba las "carencias" que sufre la modalidad fuera de Euskadi, en especial en materia de infraestructuras, materiales y formación. Para corregirlas surgió el citado consejo, encargado además de impulsar la participación de las selecciones vascas en las competiciones internacionales.

Para apoyar dicho plan, el Gobierno vasco aprobó el pasado junio un conjunto de subvenciones por un total de 292.500 euros, de los que 120.000 fueron a parar al consejo. "El consejo surge como un ente privado, como lo es la FIPV, porque se ha visto que desde Euskal Herria se puede ayudar a resolver esas carencias", señala Txema Aldamiz, presidente de la Federación de Euskadi y miembro del consejo.

"El presidente, Carlos Lasa, se reunió en febrero con la FIPV. Les ofrecimos colaboración, porque la situación de la pelota es frágil, pero lo han entendido como una amenaza", añade.

El problema surge cuando el consejo anuncia su intención de organizar el Mundial de Pelota de San Francisco y el de Cesta Punta, que arrancó en la noche del pasado viernes en el frontón vizcaíno de Munitibar. "Son torneos amparados siempre por nuestras instituciones, como el Gobierno vasco y la Diputación de Vizcaya. Además, a nivel legal no existe una exclusividad del mundial. Es un término genérico y no tiene por qué ser propiedad de nadie. La cita de Estados Unidos ha sido un éxito. No hay ánimo de enfrentamiento con la Federación", agrega.

"Es totalmente inaceptable. Sólo la federación internacional puede organizar estas competiciones", replica el francés Dominique Boutineau, presidente de la FIPV. En San Francisco jugó la selección de Euskadi, junto a las de EEUU, México, Venezuela, Chile, Bolivia y Argentina. "Los pelotaris no representaban a sus federaciones, sino a los centros vascos de esos lugares. Todo esto es más un problema político que deportivo", precisa.

Las desavenencias comenzaron en 2002 tras la petición de la federación de Euskadi, desde hace años desvinculada de la española, para ser aceptada en el seno de la FIPV como miembro de pleno derecho. "La asamblea la rechazó. No pueden estar la federación española y la vasca, porque esta es autonómica. Euskadi pone como ejemplos los casos de Gales y Escocia en el rugby, pero es que en Gran Bretaña no existe una federación británica. En otros deportes, como el atletismo, todos participan bajo la misma bandera", argumenta el presidente de la internacional.

Si los pelotaris vascos desean participar en competiciones de la FIPV, ¿podrán hacerlo? "Será decisión de cada uno, pero el consejo no va a poner obstáculos. La selección española se nutre de vascos", indica Kepa Arroitajauregi, director técnico del consejo.