"Hay una barrera entre el gran público y la creación contemporánea"
Enrique Azurza (Tolosa, 1967) dirigirá al Grupo Vocal Kea en la apertura de una nueva edición del ciclo de Matinées de Miramón. Doce voces experimentadas entonarán nueve piezas a cappella concebidas a lo largo del siglo XX por compositores vascos, franceses y escandinavos. La excepción será el estreno absoluto de Amica mea, del aragonés Marcos Castán.
Pregunta. ¿Qué puede contar de Amica mea?
Respuesta. Es una obra compleja basada en los textos eróticos del Cantar de los cantares. Muy bien escrita, tiene unas partes muy líricas y otras rítmicas. Creo que va a gustar.
P. Kea siempre se ha centrado en la música contemporánea.
R. Efectivamente. Cuando formé el grupo hace 10 años nuestro objetivo era dar a conocer el gran repertorio coral del siglo XX. Queríamos dar unas prestaciones profesionales con un repertorio inhabitual o muy poco conocido y otorgar cierta prioridad a la música de autores vascos, que los hay muy buenos y muchas veces sus obras más importantes no se cantan.
P. ¿Hay un circuito para un coro de sus características?
R. Muy reducido. En los circuitos de música contemporánea prácticamente no hay coros, y en los corales la gente viene con ciertos prejuicios ante la música contemporánea. Estamos un poco en tierra de nadie y hacemos una labor de difusión, a veces casi testimonial, desgraciadamente.
P. Es muy difícil escuchar música coral fuera de círculos especializados.
R. Sí. El mundo coral en general, y en el País Vasco en concreto, es totalmente amateur. Eso hace que las prestaciones lleguen hasta un punto: son de gran calidad para ser coros aficionados, pero cuando se trata de abordar otro tipo de obras los aficionados encuentran su límite. Por eso se hace necesario un tipo de grupos más especializados, pequeños y flexibles.
P. ¿Se puede innovar en el campo de la música a cappella?
R. Sí. Se trata de crear recursos nuevos, utilizar lenguajes nuevos. Ahora la variedad es terrible, como en todo el arte contemporáneo: hay gente escribiendo madrigales con textos del siglo XVI y gente haciendo cosas futuristas.
P. ¿Cree que se desprecia a los compositores actuales?
R. Hay una especie de barrera entre el gran público y la creación contemporánea. Ahí los programadores tienen parte de culpa, porque a veces tienen más miedo que el público, más receptivo de lo que creemos.
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