Mas y Duran sellan un pacto para frenar la ruptura de CiU

Una reunión de cuatro horas, resumida en un lacónico comunicado, bastó ayer al convergente Artur Mas y al democristiano Josep Antoni Duran Lleida para firmar un alto el fuego de incierta duración. Ambos dirigentes nacionalistas echaron tierra a una semana repleta de declaraciones cruzadas durante la cual Convergència llegó a cuestionar la candidatura de Duran a las elecciones generales de marzo. Ambos dirigentes se conjuraron para asegurar la continuidad de la federación de CiU y Mas se comprometió a frenar una deriva soberanista en su partido que tanto incomoda a los democristianos.

Ni fotos ni encaje de manos. Mas y Duran solucionaron sus desavenencias en privado, en un céntrico hotel barcelonés durante toda la mañana de ayer. Y el acuerdo llegó en forma de un comunicado de cinco puntos en el que ambos lamentan la situación creada en los últimos días después de que Duran Lleida congelara su designación como cabeza de cartel para las elecciones generales. Un aplazamiento decidido ante el rechazo que genera en la familia democristiana la intención de Mas de reformular el catalanismo y convertir a CiU en su "casa común". Una estrategia que Duran percibe como un giro soberanista de los convergentes.

La federación nacionalista ha protagonizado esta semana una de las más graves crisis desde su creación en 1978. No han faltado los que han abogado, en privado, por la ruptura. Pero han sido más quienes, sin desearla, han creído que se acercaban a ella a pasos agigantados. Sin embargo, Mas y Duran han sido conscientes de que, a seis meses de las generales y en vísperas del debate de política general en el Parlamento catalán, debían reconducir con urgencia esta crítica situación. Por eso, el pasado lunes encargaron a dos colaboradores suyos que empezaran a tender puentes. Circunstancia que ejemplifica hasta qué extremo se había degradado la relación entre ambos.

El acuerdo de ayer da continuidad a otro del 23 de julio, firmado después de que Convergència objetara la intención de Duran de integrarse en el futuro Gobierno central si la aritmética parlamentaria lo requiriera. En resumen, Convergència acepta que el democristiano sea el cabeza de cartel para las legislativas de marzo; ambos hacen un llamamiento a la militancia para aunar esfuerzos y conseguir los mejores resultados en estos comicios; abogan por la continuidad de la federación nacionalista; Unió "respeta" el proceso de refundación del catalanismo de Mas y éste, a su vez, se compromete a que su partido no pierda "la centralidad" política que fue seña de identidad durante los 23 años al frente de la Generalitat.La Sección Cuarta de la Audiencia Nacional decidió ayer rechazar la petición del fiscal que pretendía la prisión preventiva del dirigente de la izquierda abertzale Juan María Olano, en el caso Gestoras, en el que se encuentra en libertad bajo fianza de 100.000 euros. Olano, por tanto, seguirá en libertad por esa causa.

Sin embargo, el máximo responsable de las Gestoras pro Amnistía, organización que los jueces consideran que forma parte del aparato de makos (prisiones) de la organización terrorista ETA y que sirve de cohesión al colectivo de presos, se encuentra en prisión desde la semana pasada por orden del juez Baltasar Garzón para evitar la reiteración delictiva.

Olano encabezó una manifestación en San Sebastián que el magistrado consideró una incitación al delito. El dirigente de Batasuna está procesado por pertenencia a banda terrorista en el caso Gestoras, proceso por el que le piden 10 años de prisión, y también está imputado por ese delito en las nuevas diligencias secretas que Garzón está instruyendo desde el año pasado.

El tribunal, sin embargo, considera que "no consta" que Olano haya realizado "maniobra o movimiento alguno (...) tendente a sustraerse al proceso pendiente de celebración".