Rajoy se felicita por la condena de la Internacional Demócrata a ETA

El presidente del PP, Mariano Rajoy, se felicitó ayer en Roma por la condena que la Internacional Demócrata de Centro ha hecho del terrorismo de ETA, al aprobar una resolución en la que se rechaza la hipótesis de "un precio político" por el fin de la violencia. El líder de la oposición también se mostró partidario de flexibilizar la edad de jubilación si logra el triunfo en las elecciones de marzo del próximo año.

Rajoy viajó a Roma para participar en una reunión de la Internacional Demócrata de Centro y compareció ante los medios de comunicación poco antes de hablar ante el plenario. El líder de la oposición habló en tono electoral y dijo estar seguro de establecerse en La Moncloa el año próximo.

En la Internacional Demócrata de Centro, además de la resolución sobre ETA, se efectuó una crítica a la dictadura cubana, se consideró "inadmisible" la presión del Gobierno venezolano contra los medios de comunicación no oficialistas, se pidió una mejora de las relaciones entre la Unión Europea y Estados Unidos, y se reclamaron más ayudas al desarrollo de los países menos industrializados, especialmente los africanos.

Rajoy se mostró ayer dispuesto a flexibilizar la edad de jubilación, en caso de victoria en las próximas elecciones generales. "La longevidad de los españoles es mayor que hace unas décadas y, por tanto, también lo es el gasto en pensiones. A los 70 y los 75 años, mucha gente está en condiciones de trabajar y dispuesta a hacerlo", dijo, "por lo que es importante establecer un sistema que incentive el alargamiento de la vida laboral de quienes lo deseen".

El presidente del PP culpó al presidente Zapatero por las crisis en el Consejo del Poder Judicial y el Constitucional, y aseguró que su principal objetivo, como hipotético jefe del Gobierno, sería "la recuperación de los consensos básicos" en esas instituciones. Rajoy insistió en que él siempre había estado "dispuesto al entendimiento", pero que éste había resultado imposible porque el PSOE había "roto las reglas básicas".

También se mostró alarmado ante "la posibilidad" de que cayera la confianza internacional en la economía española. "El presidente Zapatero apoya a los ministros que quieren hacer campaña con el dinero del contribuyente", declaró, para reclamar "sensatez" en la política económica. "Las recientes medidas sobre la vivienda son una prueba más del nerviosismo gubernamental", dijo.

Rajoy explicó que un Gobierno del PP liberalizaría el suelo, "porque somos un país con poca densidad de población y disponemos de grandes cantidades de terreno", y que fomentaría el mercado del alquiler "facilitando el desahucio de los que no pagan", lo que inclinaría al arrendamiento a los propietarios de pisos. "También habría que alcanzar un pacto con las comunidades y los ayuntamientos, que tienen numerosas competencias en la materia", añadió.

Rajoy apoyó las candidaturas del democristiano italiano Pierferdinando Casini, como presidente de la Internacional, y del mexicano Vicente Fox, como vicepresidente. Un periodista latinoamericano le hizo notar que Fox era acusado de corrupción en su país, a lo que Rajoy respondió invocando "la presunción de inocencia". "Vicente Fox es un extraordinario dirigente político", proclamó.