Uche ilumina el estreno del Getafe
Un gol del nigeriano en el tiempo añadido salva un insípido debut europeo ante el Twente
En el día del debut del Getafe en una competición europea los aficionados, no muy numerosos, que acudieron al Alfonso Pérez debieron esperar hasta el último soplo del partido para darse la primera alegría de la temporada. Tras 90 minutos de espesura, juego trabado y frustración, una jugada de picardía rescató los ánimos y situó para siempre al nigeriano Uche en las estanterías dedicadas a la escasa pero acelerada historia del joven club madrileño.
Los jugadores de Laudrup salieron como rebasados por lo solemne del acontecimiento. Agarrotados y destemplados por el aspecto poco alentador de las gradas, se mostraron dubitativos frente a un Twente con más hechuras. No había circulación del balón ni aprovechamiento de los espacios. Ni siquiera tiros a puerta. En toda la primera mitad, sólo Granero se atrevió a comprobar que el equipo holandés se acordó de alinear a un portero y ponerlo bajo los palos. De Casquero no había noticias y sólo Pablo Hernández mostraba algunos detalles de calidad.
GETAFE 1 - TWENTE 0
Getafe: Abbondanzieri; Cortés, Belenguer, Cata Díaz, Licht; Pablo Hernández, Celestini, Casquero (Sousa, m. 85), Granero (Braulio, m. 69); Kepa (Albín, m. 46) y Uche. No utilizados: Ustari; Mario, Cotelo y De la Red.
Twente: Boschker; Wellenberg, Wielaert, Braafheid, Heubach (Zomer, m. 60); Denneboom (Brama, m. 65), El Ahmadi, Wilkishire; N'Kufo, Engelaar y Huysegems (Elia, m. 83). No utilizados: Paauwe; Zijler, Arnautovic, Hersi y Schreuder.
Goles: 1-0. M. 91. Uche, a pase de Albín, tras el saque rápido de una falta de Celestini.
Árbitro: Joseph Richmond (Escocia). Amonestó a Denneboom, Pablo Hernández y Casquero. Expulsó a Braafheid en el m. 62 por doble amarilla.
Unos 8.000 espectadores en el Alfonso Pérez.
Los holandeses, dispuestos en un 4-3-3 más aparente que amenazador, tampoco fueron muy atrevidos. Sólo Denneboom, un extremo con velocidad y recorrido, y N'Kufo, un larguirucho delantero de origen congoleño, inquietaron el área getafense.
Tuvo que superarse el descanso para que los acontecimientos se precipitaran. El uruguayo Albín sustituyó a Kepa y le dio frescura al ataque. La expulsión de Braafheid, con media hora por jugarse, fue determinante, aunque el equipo de Laudrup se enredó y pudo perder el partido y complicarse la eliminatoria. Abbondanzieri ejerció de salvador en un despiste defensivo que Huysegems no fue capaz de aprovechar, nublado por la imponente figura del argentino, que le venció en el mano a mano.
Entonces, cuando el encuentro moría, Celestini sorprendió a los holandeses con un saque rápido de falta que Albín transformó en asistencia para que Uche, solo en el área, empujara la pelota a gol. El que dio lustre a un debut que a punto estuvo de quedarse en una anécdota insípida.
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