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Nueva etapa en Francia

Los sindicatos dicen que la reforma castiga a los trabajadores

La puerta abierta a la negociación dejada ayer por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, en el tema de los regímenes especiales desarmó hasta cierto punto a los sindicatos, que se preparaban para desenterrar el hacha de guerra contra las reformas. Sin embargo, el "nuevo contrato social" propuesto por el jefe del Estado fue objeto de duras críticas por la mayoría de las centrales.

"Vamos a tener que empezar a pensar en la movilización de los asalariados si queremos cambiar esta política social", dijo Bernard Thibault, secretario general de la CGT, la central que más peso tiene en el sector del transporte y, más concretamente, en la SNCF, los ferrocarriles públicos. "No estoy en absoluto satisfecho", añadió. "Ha sido un discurso totalmente desequilibrado entre lo que respecta a la responsabilidad de los empleadores, que hoy han sido exonerados de todo, y los esfuerzos que se piden a los asalariados de este país".

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François Chereque, de la CFDT, el sindicato que tradicionalmente es más proclive a la negociación, también criticó el discurso de Sarkozy, especialmente las etapas fijadas por el jefe del Estado. "El calendario que se nos quiere imponer es imposible de llevar a cabo. No se pueden hacer cinco reformas al mismo tiempo. Vamos a hacer demasiadas cosas demasiado deprisa y no funcionará". Otros líderes sindicales airearon sus sospechas de que la cuestión de los regímenes especiales no sea más que "un aperitivo" para una bajada generalizada de las prestaciones sociales.

Respuesta de la izquierda

Por su parte, el conjunto de la oposición de izquierdas se reunía en la sede del Partido Comunista para intentar establecer una respuesta común a las reformas del modelo social francés anunciadas ayer por Sarkozy. Pocos fueron los políticos que se pronunciaron por su cuenta. El diputado socialista Jean-Marie Le Guen denunció que la reforma "supondrá un trabajo cada vez más intenso, más precario, más dependiente de la voluntad patronal". En su opinión, el presidente ha puesto como única contrapartida "una simple invocación a la negociación de los salarios".

[Por otro lado, la Fiscalía de Nanterre, en las afueras de París, ha ordenado abrir una investigación preliminar sobre las condiciones de la compra de un antiguo apartamento del presidente galo, Nicolas Sarkozy, en Neuilly-sur-Seine, informaron hoy fuentes judiciales. La investigación, que correrá a cargo de la Brigada de Represión de la Delincuencia Económica, fue ordenada después de que el semanario satírico Le Canard Enchaîné asegurara que Sarkozy obtuvo un trato de favor en la compra de la vivienda, informa Efe. Según el rotativo, el matrimonio Sarkozy obtuvo una rebaja en el precio por metro cuadrado y el coste de ciertas obras por un total de 300.000 euros].

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