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Reportaje:Fútbol | Primera jornada de la Liga de Campeones: Barça-Lyon

El hombre falta

Duelo entre Juninho, con un 41% de sus goles a balón parado, y Ronaldinho, con un 19,5%

Antonio Augusto Ribeiro Reis Junior llegó ayer al aeropuerto de Barcelona con la expedición del Olympique de Lyon, que hoy (20.45, Canal +) jugará en el Camp Nou. Llegó y avisó de que su equipo luchará por ser segundo del grupo E de la Liga de Campeones. No afirmó, en cualquier caso, que si el partido se decide por una cuestión personal está dispuesto a rematar al Barça a balón parado. No será a traición. Víctor Valdés está avisado. Nacido en Arrecife en 1975 y conocido futbolísticamente como Juninho Pernambucano, el centrocampista del Olympique pasa por ser el mejor lanzador de faltas del mundo. Los números le dan la razón: de los 73 goles que lleva marcados desde que hace siete temporadas llegó al Olympique de Lyon, procedente del Vasco de Gama, 30 llegaron de falta. Es decir, un 41% de sus goles está firmado a balón parado. Si del otro lado del campo se alinea Ronaldinho, el partido se convierte en un duelo de francotiradores.

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El Barça vive colgado del acierto del gaúcho desde la frontal. Herederos ambos de Zico, el porcentaje de goles de falta del azulgrana es la mitad que el de su compatriota: un 19,5%. Acumula 87 goles Ronaldinho entre todas las competiciones, 17 de ellos con el balón parado -y otros 28 de penalti-. "No sé quien es mejor, los dos son muy buenos", reconoce Abidal, que ha jugado con Pernambucano en el Olympique y ahora defiende a Ronaldinho.

Como cada día de partido, Juninho mirará hoy al cielo al despertar. "No me gustan nada los campos blandos y mojados. Toda la fuerza del tiro viene del pie de apoyo, es lo más importante en el tiro de la falta", explica. El otro enemigo del brasileño es el cansancio que, según explica, le recorta su efectividad. Por eso el Lyon tiene jugadas ensayadas para llegar al área nada más empezar el partido. Según declaró a France Football, esas faltas son las que más le gustan, las del principio del encuentro. "Estoy más fresco", dice quien ha señalado a Joel Batts, ex internacional francés y entrenador de porteros en el Olympique, como su mejor ayuda para el entrenamiento a balón parado: "Me ha enseñado mucho sobre la mentalidad de los porteros que tengo enfrente".

Juninho decide desde el momento en que se forma la barrera donde va a tirar. El suyo es un ejercicio de alta concentración, hasta el punto de que no le gusta que nadie le hable antes de tirar a puerta. "Pienso en el balón, en la posición de la barrera, en donde está el portero, en poner bien el pie de apoyo. Dibujo mentalmente el recorrido de la pelota. Y le pego". "Entonces estás muerto", responde Coupet, el portero del Lyon, que en ocasiones confiesa haber tenido una sensación extraña al ver la parábola que dibujan los disparos de su compañero de equipo: "Parece que lleva la pelota con mando a distancia y que la dirige evitando que se acerque al portero. La trayectoria es extrañísima, baja a una velocidad increíble". La folha seca, le llaman.

"Lo raro no es como baja; lo increíble es que pegándole al balón como le pega, levante tanto el tiro. Le pega de una manera muy personal, con el pie muy plano", reconoce Juan Carlos Unzue, miembro del cuerpo técnico, que ha trabajado con Valdés cómo encontrar respuestas a los lanzamientos de Juninho. "Puede ser una acción que decida el partido. Cuanto más información tengas, mejor. El problema es que tiene un repertorio muy variado y cuanto más improvisa, es peor". Unzue insiste: "Le pega desde muy lejos, porque lo hace de manera muy fuerte para conseguir parábolas. Además, los saques de esquina y las faltas laterales que saca son igualmente peligrosas".

Valdés se plantea colocar una barrera con sólo dos jugadores de su equipo. "Cuento con que ellos meterán un par más. Si fueran seis personas limitarían demasiado la visión. Quiero ver la bola para tener tiempo de reacción. Pero cuanto menos chute él, mejor", insiste el portero catalán. Valdés coincide con Unzue al apuntar la solución: "No hacer faltas. Debemos darle las menores oportunidades posibles".

A Juninho se le agradece en Lyon que sus faltas ayuden a resolver los partidos mientras que en el Barcelona se le reprocha a Ronaldinho que recurra al balón parado para justificar sus flojas actuaciones personales. Desde que el año pasado batió al Werder Bremen en el Camp Nou con un lanzamiento directo que pasó por debajo de la suela de los zapatos de la barrera alemana, un gesto técnico que evocó al de Rivaldo en San Siro cuando contabilizó un hat-trick, Ronaldinho ha perseverado más en el juego estático que en el dinámico. A fin de cuentas, el Barcelona sólo ha contado tres goles en tres jornadas de Liga, y dos corresponden al brasileño -uno de falta y otro de penalti, ambos contra el Athletic-, mientras que el tercero fue de Touré en un lanzamiento de media distancia que no llegó a cruzar la línea de meta.

Al Barcelona se le reprocha precisamente que no marque goles después de reforzar su seguridad defensiva esta temporada. "Yo siempre trabajé para sacar el mayor provecho a las faltas", argumenta Ronnie, que se remite al ejemplo de Zico, Rivelinho y Roberto Dinamita. "Es una habilidad que me gusta practicar en los entrenamientos y en los partidos", apunta el brasileño. "Es muy difícil pegarle con tanta potencia y colocación", coinciden los técnicos. Y Valdés sentencia: "Ronaldinho marca la diferencia con los detalles".

Juninho Pernambucano ejecuta una falta.
Juninho Pernambucano ejecuta una falta.AFP

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