Manifestación de ciclistas por el centro de Barcelona contra la nueva ordenanza
Unos 200 ciclistas recorrieron ayer el centro de Barcelona para mostrar su rechazo a la ordenanza de la bicicleta que se empieza a aplicar a partir de mañana. La concentración, convocada por Amics de la Bici, partió de la plaza de Sant Jaume con una timbrada dirigida al Consistorio. Al grito de "somos la solución, no el problema" los ciclistas fueron recorriendo el centro de Barcelona hasta parar un rato en el cruce de paseo de Gràcia con Aragó. Más tarde se dirigieron por esa avenida hacia la plaza de Espanya.
Los organizadores insistían en que hay algunos artículos de la ordenanza que criminalizan al ciclista -no poder circular por aceras de menos de cinco metros de ancho- y que la Guardia Urbana no se toma en serio las sanciones a los vehículos que constantemente invanden los carriles bici en la calzada y no respetan la distancia de seguridad. Este periódico preguntó al área de Movilidad del Ayuntamiento cuántas sanciones imponen los agentes a los vehículos por invadir los carriles bici y no obtuvo repuesta.
Mientras, el Consistorio proseguía ayer repartiendo mapas de la ciudad con la red de carriles bici y una serie de indicaciones para circular en bicicleta. Ante las protestas de los ciclistas porque consideran excesiva una ordenanza sancionadora si no está acompañada de medidas que mejoren la seguridad del ciclista urbano, el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, se comprometió a aumentar en 15 kilómetros más la red de carriles bici -ahora hay 128- y a enlazar no pocos de los existentes que están interrumpidos "para tener unos circuitos de bici coherentes por toda la ciudad".
Para el concejal de Movilidad del Consistorio, Francesc Narváez, la cuestión es que hasta ahora la bicicleta no se entendía como un medio de transporte urbano más y por eso la red de carriles bici tiene problemas de "conexión y hasta de concepción", argumenta. El edil considera que la bici debe poder compartir espacios en calzada al lado del transporte público. "Por ejemplo, no sería ningún disparate que las bicicletas puedan circular por el lateral montaña de la Gran Via", añade. Ese lateral tiene carril bus y otro de circulación para el resto de vehículos: "Se trata de un tráfico residual y se podía reservar ese carril para las bicicletas, por los menos en el tronco central -desde Urgell hasta paseo de Gràcia- en el que los carriles bici de las aceras desaparecen".
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