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Reportaje:

Un camino rural, ante la justicia europea

La carretera de Villamanrique a El Rocío enfrenta a vecinos y a grupos ecologistas

La carretera que une el sevillano pueblo de Villamanrique de la Condesa y El Rocío, ya en Huelva, resume uno de los principales problemas a los que se enfrentan los gestores de Doñana: conciliar la protección de la flora y la fauna del parque, simbolizada en el lince ibérico -uno de los mamíferos en mayor peligro de extinción del mundo- con la movilidad diaria de los vecinos y la economía de los municipios del entorno del parque.

El martes pasado se supo que el caso de esta carretera, que era en realidad un camino rural y que fue acondicionado por la Consejería de Agricultura en 2001, ha terminado en el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas por no respetar la directiva Habitats de la UE. Se trata de un tanto a favor de las asociaciones ecologistas que llevan años denunciando la situación.

La vía en litigio atraviesa valiosos parajes naturales del entorno de Doñana

Juan Francisco Pérez es miembro de Ecologistas en Acción. Él es testigo de la larga lucha que su asociación ha mantenido, hombro con hombro con WWF/Adena, en contra del asfaltado de la vía. "Desde el primer momento dijimos que a la carretera no se le había hecho ningún estudio de impacto ambiental previo y que, desde luego, no respetaba la directiva Habitat", afirmaba Pérez a mediados de esta semana, en la entrada misma de la carretera.

"La tensión con los vecinos de Villamanrique, e incluso con la Junta, ha sido a veces muy alta. Hace unos tres años, en una manifestación contra la carretera en la que cortamos el tráfico, tuvimos que salir corriendo de allí porque algunos vecinos nos increparon y la cosa se puso muy violenta", recuerda el ecologista en el mismo lugar en el que vivió aquel susto.

La adecuación de la carretera de Villamanrique a El Rocío ha sido vehementemente demandada por los vecinos durante años, especialmente por los del pueblo sevillano. Los 21 kilómetros asfaltados entre ambos núcleos suponen ahorrarse la mitad de los kilómetros que había que recorrer por la ruta anterior, que pasa por Hinojos y Almonte. "Para mí y para mi negocio es una carretera fundamental. No sé lo que haríamos si nos la quitasen", afirma Francisco Jiménez, dueño en Villamanrique de una empresa de fabricación de planchas de hormigón para naves industriales que suple a la zona de El Rocío, Matalascañas y Mazagón. "Mis camiones utilizan a menudo la carretera y ahorramos mucho dinero y tiempo", explica.

El problema estriba en que la carretera en litigio atraviesa valiosos parajes naturales de Doñana, incluidas zonas habitadas por el lince ibérico. Desde que fue asfaltada, dos felinos murieron atropellados en 2003 y 2004. Los ecologistas ya habían advertido de que estas desgracias eran más que probables. Por eso, WWF/Adena y Ecologistas en Acción denunciaron los hechos a la Junta y, posteriormente, elevaron la queja a la Comisión Europea en 2002.

Como resultado, el Gobierno español sufrió la apertura de un expediente de infracción por el acondicionamiento de la antigua pista. La Comisión Europea ha remitido el expediente al Tribunal Europeo al entender que "el reino de España ha incumplido las obligaciones que le incumben con arreglo a la directiva 92/93/CEE del Consejo de 21 de mayo de 1992

[conocida como directiva Habitats] relativa a la conservación de los hábitat naturales y de conservación de la flora y faunas salvajes2.

Desde el mismo año en que se asfaltó la carretera y se elevaron las primeras voces críticas, la Junta de Andalucía ha trabajado para paliar su impacto. Por una parte, ha incluido en el trazado badenes que obligan a reducir algo la velocidad de los vehículos, aunque los ecologistas denuncian que se pueden alcanzar hasta los 160 kilómetros por hora. El trayecto también se encuentra vallado para impedir el acceso de los linces y otros animales y cuenta con pasos subterráneos para la fauna.

A pesar de todo, Juan Francisco Pérez y los dirigentes de Adena y Ecologistas en Acción, no entienden cómo la misma Junta, que está luchando para evitar que el lince ibérico se extinga en Doñana (a través del programa europeo Life que invierte 26 millones de euros), haya permitido acondicionar una carretera en un lugar tan peligroso para estos y otros animales.

Ambas asociaciones "exigen" a las consejerías con competencias en las carreteras y caminos de Doñana (Obras Públicas, Agricultura y Medio Ambiente), que "reduzcan la fragmentación del territorio, minimicen las amenazas para la biodiversidad, fomenten el transporte público y permitan un uso racional del espacio" en el nuevo Plan de Movilidad Sostenible que se prepara actualmente.

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