"Es muy fácil jugar en este equipo"
José Manuel Calderón (Villanueva de la Serena, Badajoz; 25 años) atraviesa por un momento de juego pletórico. Su papel es capital en el estupendo juego y los óptimos resultados que han permitido a España plantarse en la semifinal que se disputa hoy (19.00, La Sexta). El base de los Raptors de Toronto, que ayer donó un cheque por valor de 20.000 euros a la ONG Right to play, dedicada a ayudar a los niños menos favorecidos, suma 11,1 puntos de media por partido y es el que más asistencias (2,6) ha repartido entre sus compañeros en los siete partidos disputados por la selección española.
Pregunta. Se decía que el campeonato iba a estar muy igualado, pero de momento los triunfos de España son concluyentes. ¿Qué es lo que marca la diferencia?
"Los 12 jugadores podemos decirnos: 'tío, que esto no es así'. No hay mal rollo por criticar de forma constructiva"
"Hay que rematar la faena. Ganar como ganamos a Alemania y no seguir para adelante sería quedarse a las puertas"
Respuesta. La intensidad. Eso nos permite evitar los malos momentos y, cuando los tenemos, recuperarnos de forma rápida. Eso también nos puede ayudar a ganar incluso en un día malo. Creo que en el pasado Mundial vencimos a Argentina gracias a esa capacidad, aunque repasando y analizando el vídeo de aquel partido tampoco me parece que jugáramos mal, sino que, simplemente, nos enfrentamos a un magnífico rival.
P. ¿Son los mismos que ganaron el título en Japón hace un año?
R. Todos somos un poquito mejores jugadores. Pero el equipo tiene puntos débiles, como todos. Tratamos de mejorar en esas facetas o disimularlas lo mejor posible.
P. ¿El hecho de ser campeones les empuja a cambiar?
R. A cambiar no, sino a seguir mejorando e intentar hacer algo más grande todavía si cabe. Llevamos tres años seguidos muy buenos y el objetivo es continuar creciendo.
P. ¿Varía mucho su perspectiva para llegar desde la NBA y volver a adaptarse al estilo de juego europeo?
R. Intento que mi papel sea siempre el mismo. Soy un jugador de equipo y el único aspecto que cambia es que debo adaptarme a unos compañeros totalmente diferentes a los que tengo durante el resto del año. Pero conozco a mis compañeros de la selección desde que prácticamente éramos unos niños.
P. Su rendimiento es brillante como pocas veces.
R. Estamos todos muy bien. Lo importante es que hay 12 jugadores, todos capacitados para jugar. Es donde sacamos las diferencias. Cuando los otros equipos empiezan a rotar es cuando damos ese paso definitivo para ganar el partido, y da igual quien anote o quien juegue bien ese día. Sabes que si no estás bien, va a salir alguien del banquillo que responderá.
P. Su caso es espectacular...
R. Estoy muy a gusto. Me encuentro cómodo en la pista, pero no me preocupa demasiado. Trato de pensar en el siguiente partido y no darle demasiadas vueltas.
P. ¿Cuál ha sido el momento más difícil hasta ahora?
R. Después de la derrota ante Croacia. Hablamos en el vestuario y concluimos que es bueno para la afición, para la prensa, para todo el mundo, que se viera que somos un equipo vencible, como todos los demás. Quizás por eso ahora se puede decir que fue una buena derrota, por decirlo de alguna forma. Pero tampoco nos afectó demasiado. Fue una corta charla en la que nos dijimos 'hay que ponerse un poquito las pilas'.
P. Después de vencer de forma tan concluyente a Alemania es difícil no volcarse en elogios hacia el equipo.
R. Ahora no hay que pasarse. Hay que rematar la faena. Ganar así y no seguir para adelante sería quedarse un poco a las puertas. Hay que rematar la faena y luego hablaremos de elogios. Quedan dos partidos en que debemos dar el máximo. Van a ser dos finales, hay que jugar a vida o muerte.
P. ¿Tal vez su juego ha mejorado porque se adapta a las circunstancias de cada partido?
R. Soy el base y siempre me gusta jugar dependiendo de cómo vaya el partido. Hay partidos en los que te das cuenta de que necesitas aportar un poco más o anotar un poco más. Pero es muy fácil jugar con este equipo. Tengo compañeros que anotan con facilidad, que juegan con facilidad y que, aunque no hubiera un base en la pista, saben a qué juegan. No estamos jugando en un equipo cualquiera. Es un equipo en el que todos aportan y todos son importantes. Si hago dos jugadas mal, Pau u otro cualquiera me va a decir 'oye, juega la otra o haz tal'. Todo el mundo habla y comunica y, así, resulta todo mucho más sencillo.
P. ¿Pero alguien le empuja a tomar mayor responsabilidad en el juego?
R. Al final somos nosotros los que vemos todo el campo, cómo va el partido, si hay que parar o correr. Eres tú el que das el ritmo al juego. Hasta el momento, una ventaja es que tanto Carlos [Cabezas], como Sergio [Rodríguez], como yo estamos llevando el ritmo de los partidos; cuando no los hemos llevado en algún momento, como contra Croacia, lo hemos pasado mal.
P. ¿Ésa es la clave?
R. Somos 12 y los 12 podemos ir y decir: "Tío, que esto no es así. ¡Párate! ¡Juega tal o cual jugada!". Hay mucha confianza. No hay mal rollo por criticar de forma constructiva. Ésa es la clave, no sólo llevarnos bien.
P. ¿Les gusta jugar en casa?
R. Lo estamos llevando bien. Una vez en la pista, tratamos de estar concentrados, ir a los nuestro, aunque en algunos momentos el público nos puede ayudar.
P. La gente les persigue por todas partes, ¿les cuesta sobrellevar esa constante demanda de fotos, autógrafos, saludos?
R. Tenemos que estar tranquilos. Es algo que nos lo hemos ganado. Tal vez tenemos que invertir más tiempo en firmar más autógrafos o en hacernos más fotografías, pero al final formamos todos un equipo; la afición es también España.
P. Eso lo tienen muy claro.
R. Vamos en el mismo carro y hemos enganchado muy bien a la afición porque vamos de cara y es lo que hay. Estamos enseñando lo que somos realmente. Eso es lo que a la gente le gusta.
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