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DE LA NOCHE A LA MAÑANA
Columna
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Que florezcan mil partidos

No se sabe cuántos partidos habría que fundar para que todos los ciudadanos se sintieran representados, sobre todo cuando muchos de los nuevos andan a la greña en cuanto tocan algo de poder

Entrar en política

Hay gente que cuando se aburre de la política de los otros le da por fundar otro partido, regeneracionista por supuesto, que habrá de poner las cosas en su sitio. Parece que es lo que se dispone a hacer Savater (un tanto a la manera de Sartre, que fundó un partido de izquierda pero no comunista, que duró lo que un lirio) con la menguante Rosa Díez situada en la pole a una cabeza del filósofo. Habrá un acto de presentación, en el que no se sabe todavía si Boadella se situará a la derecha del maestro disfrazado de torero con Albert Rivera en pelota picada a su izquierda, para demostrar que de nada viene y a nada va. La política le sale más cara al ciudadano que la cesta de la compra, y -por decirlo a lo Savater- que no te guste toda la sección de charcutería del supermercado no te obliga a optar por la crianza de tus propios cerdos. Salvo que la torna por acta de diputado obtenida sea estímulo suficiente para lanzarse al ruedo.

La crítica de las armas

Hay un texto de Carlos Marx en el que aconseja sustituir las armas de la crítica por la crítica de las armas. Un texto muy glosado por Règis Debray cuando fue rechazado por el Che Guevara como guerrillero boliviano porque el profeta armado prefería al campesino analfabeto. Hace unos días, un joven vasco de estos alegres y combativos abandona en Huelva una furgoneta cargada de explosivos, reaparece en un taxi en Castellón, que abandona precipitadamente dejando numerosas muestras de su presencia, además de otra furgoneta que explosiona entre los olivares de ¡Coves de Vinromà!, para ser detenido en Francia junto a algunos de sus compinches. ¿Esta es la nueva ETA del nuevo Josu Ternera? ¿Y hasta cuándo van a delegar en jovencitos un tanto miedicas la liberación del Pueblo Vasco en Benicàssim? ¿Cuándo dejarán en paz a los jovencitos alegres y combativos, al pueblo vasco, a Benicàssim, a las furgonetas, a los explosivos y a la ciudadanía en general?

El tedio reiterado

Apenas terminado el verano aparecen los políticos de primera línea, esos que han hecho su agosto en mansiones prestadas o en yates de los compinches empresarios, y empieza la precampaña electoral, que es algo así como que ya es primavera en los grandes almacenes, pero a lo grande, si eso es más posible todavía. En no habiendo marxistas solventes y organizados a la vista, todo está permitido, como lo estuvo cuando había marxistas insolventes y organizados con los que también todo y más era posible. Así que cada vez más cada cosa es más posible todavía que cuando no había yates, políticos, veranos dignos de ese nombre con vacaciones pagadas, marxistas que nunca tomaron el palacio de invierno, políticos de curiosa prestancia estacional que anuncian un otoño caliente como si no se hubieran desfogado lo suficiente en las tórridas noches del gélido verano. Nadie diría que viven confortablemente de nosotros.

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Argumentos de cine

El cine, el teatro y otras artes deberían vivir de la taquilla. Si hay espectadores dispuestos a salir de casa, llegar al local elegido, pagar su entrada y ver el espectáculo, tanto mejor. Pero no por ello estoy contra las subvenciones, ya que se subvenciona a la Ford, a Terra Mítica y demás empresarios emprendedores. No existe algo parecido al cine público, al contrario de lo que ocurre con los teatros que lo son, donde el espectador paga dos veces su entrada: primero en la producción a cuenta de sus impuestos, y segundo pasando por taquilla. A fin de cuentas, rara vez se subvenciona a un escritor que trata de publicar su primera obra, por no hablar de los poetas. Se trata de distinguir criterios, no de atribuirse principios. Todos conocemos la figura del productor que obtiene subvenciones oficiales de diversas fuentes para financiar una película que ni se tomará la molestia de estrenar, como también al que se funde la parca herencia familiar para hacer su primer corto. Una realidad que nada tiene que ver con la guerra de Irak.

Y de terror

Un rumano se quemó a lo bonzo el otro día en Castellón frente a la Subdelegación del Gobierno, donde en ese momento, lo que son las cosas, los políticos mantenían una reunión con los alcaldes de las poblaciones afectadas por los incendios de L'Alcalatén, donde no hubo víctimas. El inmigrante precisaba de 400 euros para regresar a su país, donde tenía vivienda y tal vez trabajo, y no hubo manera de que nadie se hiciera cargo del asunto porque "no existe ninguna línea de ayudas abierta para costear un viaje". Se refiere, claro está, a esta clase de viajes, porque otros bien se desplazan en avión privado para asistir a una corrida de toros. En fin.

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