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El incómodo fotógrafo de la claustrofobia

Richard Billingham (Cradley Heath, 1970) vuelve a ser un fotógrafo incómodo. Empezó siéndolo cuando, aún estudiante de Bellas Artes, retrató su brutal realidad familiar, con un padre alcohólico, una madre obesa y fumadora empedernida y un hermano a cargo de la asistencia social. Aquellas fotos colocaron a Billingham en el centro de la escena artística británica: fue uno de los participantes en la exposición Sensation, organizada en 1997 por el coleccionista Charles Saatchi, que consagró a los Young British Artists (Jóvenes Artistas Británicos), y en 2001 fue finalista del Premio Turner.

Zoo, el proyecto más reciente de Billingham, también provoca desasosiego. Desde ayer, la galería La Fábrica de Madrid expone una muestra de fotografías y vídeos con animales cautivos como tema. En palabras de Yasmeen Baig-Clifford, directora de VIVID, la institución que encargó el proyecto a Billingham, el artista "aborda la claustrofobia y los valores posesivos del encierro zoológico y el sentido latente de espectáculo".

La denuncia, sin embargo, no era la motivación del artista. "Quería mostrar la relación entre el animal y el espacio", afirmaba el pasado miércoles mientras supervisaba la instalación de las obras, al tiempo que recordaba que su formación fue eminentemente pictórica y nunca aspiró, al menos en un principio, a ser fotógrafo. "Yo quería ser pintor. Quería pintar gente, figuras en interiores. Por eso hice fotos a mi familia, para pintar a partir de ellas; pero las fotos resultaron mejores", asegura.

No es el único caso en el que la obra de Billingham, alejándose de sus intenciones iniciales, elige sus propios derroteros. Zoo nació cuando, en 2004, Billingham tuvo que vaciar el apartamento familiar tras la muerte de su madre y encontró varios álbumes con fotostomadas por su madre en el Zoo de Dudley. Esas imágenes inseguras, "muy infantiles", según el artista, inspiraron el proyecto, que también incluye piezas de vídeo: el movimiento repetitivo de un elefante o el indolente primer plano de un gorila. Para Billingham, no son algo diferente de su fotografía: "Sólo es una foto más larga. No edito ni uso actores. Mantengo la cámara quieta. Es el mismo proceso".

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