ETA se queda sin núcleo central para atentar
Los detenidos tenían 400 kilos de explosivos, hacían labores de logística y propaganda y perpetraban atentados.-Los registros de la vivienda de Cahors prueban que la banda la utilizaba como gran centro de formación de terroristas
ETA se preparó para volver a matar a finales del año pasado con un grupo heterogéneo de terroristas formado por un veterano, experto en bombas y recuperado por la banda en 2005; el lugarteniente de Txeroki, jefe militar de la organización; y dos jóvenes, uno de ellos presente en las fotografías de mil carteles distribuidos por toda España de los etarras más buscados.
Este comando especial tenía suficiente autonomía como para ejercer todas las funciones que la banda terrorista atribuía a distintos grupos, lo que los expertos de las Fuerzas de Seguridad consideran novedoso y un tanto anómalo en relación con la organización tradicional de ETA.
Los etarras guardaban material de montaña que robaron hace meses junto a 44 kilos de pastillas para hacer fuego
Los detenidos tenían 400 kilos de explosivos, hacían labores de logística y propaganda y perpetraban atentados
Los registros de la vivienda de Cahors prueban que la banda la utilizaba como gran centro de formación de terroristas
Este equipo terrorista de cuatro personas, detenido el pasado sábado en Cahors (Francia), robaba armas, explosivos y vehículos para montar coches bomba, alquilaba viviendas para esconderse y formaba en ellas a otros compañeros de la banda. Además, elaboraba documentación de propaganda, planificaba sus acciones criminales y las ejecutaba como un comando militar más.
El registro por las fuerzas de seguridad de la vivienda de Cahors (Francia) en la que el pasado sábado fueron detenidos estos cuatro etarras, los más activos de la banda terrorista desde la ruptura de la tregua el pasado 5 de junio, ha puesto de manifiesto que el golpe policial es uno de los más importantes dado a la banda en los últimos años.
La operación ha dejado fuera de juego al núcleo central de ETA para perpetrar atentados tras la ruptura del alto el fuego permanente, según explicaron ayer a este diario fuentes de la lucha antiterrorista.
- La actividad del comando. A los cuatro detenidos se les vincula al robo de 350 pistolas en una armería francesa en octubre de 2006, al atentado en la terminal 4 del aeropuerto de Barajas de Madrid del 30 de diciembre de ese año, al vehículo con 100 kilos de explosivos localizado en Ayamonte (Huelva) el 2 de junio de este año, al comando que intentó entrar en España con una furgoneta bomba un mes después, y al vehículo que ETA explosionó en Castellón el pasado 26 de agosto al verse acosada por la Guardia Civil.
La vivienda de Cahors, donde fueron detenidos los etarras Luis Ignacio Iruretagoyena, Ander Mugika, Oihan Barandalla y Alaritz Aramendi, no solamente era una fábrica donde se preparaban los coches bomba y que guardaba 400 kilos para preparar material explosivo (polvo de aluminio y nitrato de amonio) sino un centro de formación para los terroristas de ETA.
- Centro de Formación. El taller de la casa de Cahors era el mismo que aparecía en un vídeo formativo que ETA distribuyó recientemente a los integrantes de sus comandos. En la vivienda se han encontrado réplicas de granadas y de artefactos para que los terroristas inexpertos aprendieran a montarlos y muestras de distintas sustancias relacionadas con la preparación de explosivos. También se han hallado armas falsas, archivos digitales con instrucciones de uso de distinto material e incluso instrumentos que delatan que en la vivienda se preparaba buena parte de la propaganda de ETA.
- Robo de material de montaña. Junto a estos descubrimientos, las fuerzas de seguridad también han hallado material de alta montaña y acampada, lo que demostraría la implicación de los etarras en un sospechoso robo ocurrido al noreste de Francia, en la localidad de Bischoffsein, a las afueras de la capital de Alsacia.
Entonces, las Fuerzas de Seguridad españolas y francesas investigaron la vinculación de ETA en el robo de 44 kilos de pastillas para encender fuego. Ese material, según los expertos en lucha antiterrorista, podría servir para fabricar "determinados artilugios explosivos" o "pequeñas bombas de las que utilizan los terroristas callejeros". En ese robo, los ladrones se apoderaron de mochilas, sacos de dormir y bombonas de cámping gas que han aparecido ahora en el registro de la casa de Cahors.
En el robo del material de montaña y acampada intervinieron tres hombres a cara descubierta, uno de ellos armado, que ataron al gerente de la empresa y se llevaron dos cajas de 22 kilogramos de pastillas cada una (marca Esbit), antes de darse a la fuga en un vehículo.
Antonio Camacho, secretario de Estado de Seguridad, destacó ayer a EL PAÍS la importancia de esta operación en Cahors y la relevancia de los detenidos de ETA: "No se trata de un mero comando sino el núcleo logístico de la banda y por lo tanto este golpe lo es a la columna vertebral de la banda", señaló.
Expertos antiterroristas interpretaron que tras el registro de Cahors y las últimas detenciones se demuestra una evolución en la organización terrorista. "La situación de ETA en estos momentos, a diferencia de lo que es su historia en la que los comandos estaban claramente diferenciados, es distinta", señalan estas fuentes. "Nos encontramos con que los cuatro detenidos eran a la vez aparato logístico, aparato de formación, aparato de montaje de explosivos y comando ejecutor de esos atentados, lo que significaría que están concentrando operaciones de distintos aparatos en una sola estructura".
Pese a esta importante operación policial, el secretario de Estado de Seguridad mantiene la cautela respecto a la capacidad criminal de ETA: "Cada uno de estos golpes a la banda nos obliga a estar todavía más alerta si cabe".
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