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Reportaje:Gimnasia | Campeonatos del Mundo

Batacazo olímpico

El equipo femenino español, que perdió a Patricia Moreno por una lesión, no estará en los Juegos por primera vez desde 1980

Amaya Iríbar

Con seis Juegos Olímpicos a sus espaldas, Jesús Carballo quería despedirse de su cargo de seleccionador después de los de Pekín 2008. Convertirse en un ideólogo, una especie de coordinador técnico de la gimnasia femenina española. Lo que nadie podía imaginarse es que esa despedida sería por la puerta pequeña. Tras años ganándose poco a poco el respeto del cerrado mundo de la gimnasia, España perdió ayer el derecho a estar en la capital china con el equipo completo -hay que remontarse a Moscú 80 para encontrar un batacazo igual- tras acabar en la 15ª posición en los Campeonatos del Mundo, en Stuttgart. Sólo los 12 primeros estarán en Pekín.

El fracaso se vio venir pasito a paso en el Hans-Martin-Schleyer Halle. Las españolas salieron por la mañana en un grupo especialmente flojo. Y nada más salir, un susto. Patricia Moreno, bronce olímpico en Atenas, la única medalla olímpica de España en esta disciplina, calculó mal su salida de la barra y cayó de la triple pirueta sobre los pies doblados. No pudo seguir. Ni con hielo.

A Pekín sólo irán dos gimnastas a título individual, sinónimo de lucha perdida

Si Carballo ya sabía que la cosa estaba muy difícil, la pérdida de esta chica de 19 años, apenas metro y medio de estatura y 40 kilos de peso, que lloraba desconsolada al pie de la pista, lo puso todavía peor.

Era el primer aparato de las españolas y el seleccionador se vio obligado a cambiar por completo su estrategia, a utilizar todos los recursos disponibles. Y este equipo no está sobrado. Más bien, al contrario. Tras el abandono de Thais Escolar poco antes de empezar estos Mundiales, aún más. España tampoco tiene una líder, como fuera en su día Elena Gómez, que empuje para arriba las notas y mantenga la cabeza fría en los momentos en los que las jóvenes zozobran. Ésa podía haber sido Lénika de Simone, una gimnasta de técnica exquisita a la que las lesiones y la mala suerte no han permitido despegar. Ayer se volvió a caer de la barra, aunque terminó la competición con un digno ejercicio de paralelas (la mejor nota de las españolas: 14,900 puntos).

Con 224,850 puntos, España se quedó a algo más de cinco puntos de los que Carballo calculaba necesarios para clasificarse. Y a sufrir. Ya no era cuestión de luchar, sino de cruzar los dedos y esperar el fallo de los rivales.

Al contrario que otros equipos, que prefieren quedarse a ver la competición, el español se dividió entre los que se fueron al hotel y los que acompañaron a Patricia Moreno al hospital (al final, la delegación confirmó que se descartaba la fractura y que, a falta de las pruebas que se le repitan en Madrid, la madrileña sufre un esguince grave).

División tras división (compiten cuatro equipos al mismo tiempo), hora tras hora, España se fue quedando sin posibilidades. Rusia le relegó a la octava posición en la siguiente. Brasil y Corea del Norte, a la décima. Cuando acabó el turno de Estados Unidos, ya estaba en la 12ª, la última con pase olímpico completo. Se acababa el aire. Y quedaban tres rivales directos.

Aunque el fracaso es absoluto, España podrá enviar a dos gimnastas a Pekín, que competirán a título individual, lo que en un deporte tan subjetivo como la gimnasia es sinónimo de lucha perdida. El peligro además es entrar en barrena. Como le pasó a Alemania tras la reunificación. En 1992, uno de los equipos más laureados de este deporte -bajo el estandarte de la RDA- desapareció del mapa olímpico y no volvíó a clasificarse hasta ayer, ya como Alemania a secas. O la Republica Checa, que se quedó sin plaza por las mismas fechas y tampoco lo ha conseguido en esta ocasión.

Como perro viejo que es, Carballo lo ve de forma mucho más simple: "Así es el deporte. Unas veces se gana y otras se pierde".

Lénika de Simone, durante un ejercicio.
Lénika de Simone, durante un ejercicio.EFE

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Sobre la firma

Amaya Iríbar
Redactora jefa de Fin de Semana desde 2017. Antes estuvo al frente de la sección de Deportes y fue redactora de Sociedad y de Negocios. Está especializada en gimnasia y ha cubierto para EL PAÍS dos Juegos Olímpicos y varios europeos y mundiales de atletismo. Es licenciada en Ciencias Políticas y tiene el Máster de periodismo de EL PAÍS.

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