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Entrevista:PEPU HERNÁNDEZ | Seleccionador español | Baloncesto | Comienza el Eurobasket

"Hay que mantener el estilo del Mundial"

Robert Álvarez

La selección española no conoce la derrota desde que la dirige Pepu Hernández (Madrid, 1958). Son 26 victorias, con un título mundial de por medio. El equipo, además, entusiasma por su juego y por los valores que transmite. ¿Cómo hacer sostenible semejante poderío y efervescencia? El seleccionador es una pieza clave en la respuesta a una pregunta de la que depende en buena medida la continuidad del éxito de los campeones del mundo, ahora en el Eurobasket y en casa.

Pregunta. ¿Por dónde van a ir los tiros en este Europeo?

Respuesta. Para nosotros todo pasa por mantener el estilo con el que ya competimos en el Mundial. Deseamos recuperar las mismas sensaciones que entonces, y no hablo de cuestiones puramente tácticas o técnicas, que por eso están estos jugadores en la selección, porque son capaces de hacerlo, sino de sensaciones, sensibilidades, unión, buena gestión de los momentos difíciles, que llegarán, ansiedades... A veces lo resumo en frases como nosotros preferimos y estamos seguros siempre de querer hacer antes que tener que hacer. Tener la obligación de hacer cosas es artificial, no es nuestro.

"Nos han visto más, nos han vigilado más. Nosotros no podemos ser en ningún caso un conjunto previsible"
"El equipo ha logrado un componente de éxito deportivo por el resultado, pero también ha llegado mucho a la gente"
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P. ¿Lo más importante es ese estilo?

R. Parto de la idea de que todo el mundo trabaja bien tácticamente y posee un arsenal significativo pero lo importante es cómo se traslada ese potencial a la cancha. El año pasado tuvimos muy buenas sensaciones y un juego aceptable. Nunca bajamos del regular. Estoy seguro de que volveremos a jugar regular en algún partido, pero en ese caso tendremos que seguir ganando. Me gustaría que todos los momentos fueran sino muy buenos, buenos. Hemos logrado dar la sensación de que no es fácil ganarnos y así, tendremos muchas más papeletas para ganar cada partido. Todo eso se tiene que mantener.

P. ¿Cuenta con un equipo privilegiado?

R. No podemos auto complacernos. Estoy convencido, además, de que el equipo tiene margen de mejora en casi todas las facetas. El año anterior, para mí, el equipo ejemplo fue Grecia, campeón de Europa, dio muy buenas sensaciones, estaba muy bien trabajado técnica y tácticamente y sus jugadores estaban muy unidos. Este año el equipo ejemplo hemos sido nosotros. Nos han visto más, nos han vigilado más. No podemos ser un equipo previsible, tenemos que intentar ir a más, tenemos que mejorar muchas facetas y nunca lo vamos a hacer desde la complacencia. Rentabilidades pasadas no aseguran rentabilidades futuras.

P. ¿Pero decir que éste es un superequipo es caer en el regodeo?

R. Yo creo que sí. Si lo dicen los demás, bienvenido sea. Pero decir que tenemos un equipo de ensueño... por supuesto que vamos a por todas. El equipo ambiciona ser campeón de Europa, lograr la medalla que falta en la vitrina de la selección nacional. Es un objetivo que nos motiva mucho.

P. ¿Qué se les dice a unos campeones del mundo?

R. A lo mejor, lo primero que hay que decir es que, vale, que somos los campeones del mundo, que tenemos una experiencia extraordinaria, pero que no nos va a servir si no añadimos de nuevo mucho trabajo, si no volvemos a esforzarnos, si no volvemos a tener otra vez buenas sensaciones. Sin eso, no va a servirnos para nada ser campeones del mundo.

P. ¿Qué va a pasar el día que pierdan?

R. Si llega, habrá que reaccionar. Hay derrotas que no tienen solución, pero otras sí pueden tener solución y enseñarte el camino que has perdido. O puede suceder, simplemente, que alguien lo haya hecho mejor que tú. No estamos hablando de que somos superiores a nadie. Estamos compitiendo contra grupos que pueden formarse con un espíritu muy especial, como el nuestro, desarrollando ese juego que va más allá de las cuestiones tácticas. Alguien puede hacerlo como nosotros.

P. ¿Jugar en casa es un arma de doble filo?

R. Es una satisfacción grande y los jugadores así lo han reflejado. Pero puede comportar alguna posibilidad de distracción porque la gente sabe que este equipo es cercano, que puede estar con ellos. Puede que, en un momento determinado, a lo mejor eso nos quite lo que yo considero imprescindible: equilibrar el descanso, el trabajo y el ocio. Pero aún así, es una maravilla. No tiene que ser un peso extra, sino una mayor motivación.

P. ¿Cómo distinguir entre la presión buena y la presión mala?

R. La buena es la natural, la que produce el equipo producto de su ambición, estar convencidos de que estamos preparados y de que podemos competir con cualquiera. La mala es 'tener que hacer'. Queremos ser un equipo rápido y ligero, en lo técnico y en lo táctico. Si llevamos exceso de peso, a lo mejor corremos menos y llegamos menos adonde tenemos que llegar.

P. ¿Le preocupa el agobio a los jugadores?

R. Es algo que tenemos que equilibrar. El año pasado teníamos que montar un dispositivo especial en torno a Pau que, de tan solicitado que estaba, a veces no tenía tiempo para ducharse y llegar a tiempo a la comida y a la cena. Pero Pau siempre está con los chavales, nunca niega nada. Ahora son muchos más los jugadores que solicita la gente. Eso, a lo mejor, nos hace ir un pelín retrasados, pero también entendemos que el equipo no debe aislarse. Si el equipo ha logrado un componente de éxito por el resultado, también ha conseguido un componente muy especial porque ha llegado mucho a la gente. Sabe a quién se debe. Otra cuestión es que nos dediquemos sólo a firmar autógrafos y a hacer fotos.

P. ¿Va a introducir cambios?

R. Habrá haber cambios porque no queremos ser un equipo previsible ni fácilmente analizable. Debe haber cambios porque habrá responsabilidades distintas, porque todos los jugadores son un poco mejores, porque ha habido condiciones de mejores números, de mejores sensaciones, de experiencia nueva. Ganar el Mundial no es sólo una cuestión de resultado, también nos permitió salir muy reforzados porque se superaron dificultades. Tiene que haber cambios, no descabellados, no se trata de inventar nada, sino para ser menos previsibles y para que la gente vaya desarrollando cada vez más sus propias capacidades.

P. ¿Cómo han gestionado la situación de Garbajosa?

R. Con muchísima tranquilidad y sin dramatismo. Sin forzar absolutamente nada. Tengo que agradecer su trabajo. Ha demostrado nuevamente un espíritu y un compromiso muy especial. También quiero reconocer el trabajo extraordinario de actitud y aptitud de Trias. Jorge nos aporta con su mera presencia. Posee grandes cualidades técnicas y tácticas, es inteligente, sabe jugar y dirigir muy bien la defensa. Posee un tiro importante, ha mejorado mucho el pase y nos da variedad y soluciones tácticas en ataque.

P. ¿Muchos equipos van a morder en este campeonato?

R. Muchos. Nos puede pasar a nosotros también. A priori, no tenemos nada demostrado en esta nueva competición. Muchos equipos deben demostrar que están unidos y que son efectivamente un equipo. Nombres hay, también plantillas maravillosas. Yo me digo: 'dios mío, esto es extraordinario'. Yo tengo un tremendo respeto por los países con tradición de baloncesto y que han demostrado históricamente que aún sin estar bien un año o dos, siempre están al final. Serbia, Lituania, competidores como Italia, con futuro y emergentes como Turquía, equipos con físicos extraordinarios incorporados de la NBA como Alemania y Francia, Eslovenia donde es el primer deporte como en Lituania, y por supuesto Grecia.

Pepu Hernández, durante un entrenamiento con la selección.
Pepu Hernández, durante un entrenamiento con la selección.ASSOCIATED PRESS

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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