La rigidez impide al Levante resolver su duelo ante el Murcia
Sí. El Levante puede jugar mejor de que lo cree. Es lo que se deduce del cambio que experimentó a poco que su técnico, Abel, lo desitalianizara en la segunda parte. Apostara por Geijo y por Viqueira, y diera rienda suelta a un excelente Savio. El conjunto granota no está para grandes fiestas, pero tampoco para matar al personal de aburrimiento, que fue lo que intentó en la primera parte. Al Murcia, por su parte, le sucedió lo contrario. Fue perdiendo confianza y juego a medida que transcurría el encuentro. Y acabó contento con empatar con quien supone un rival por la permanencia.
A fin de camuflar sus carencias técnicas, azulgranas y granas (ayer de verde) se sintieron felices con el pelotazo a seguir. Mucho más acendrado en el Levante, que prescindió de la transición y fueron sus dos centrales, Alvaro y Cirillo, quienes lanzaron casi siempre la ofensiva de su equipo. ¿Consecuencia? El portero Notario ni se inmutó, tal era el efectivo trabajo de los jóvenes centrales Arzo y Mejía.
LEVANTE 0 - MURCIA 0
Levante: Storari; Descarga (Ettien, m. 57), Alvaro, Bruno Cirillo, David; Juanma, Berson, Tommasi (Viqueira, m. 65), Savio; Riga y Riganó (Geijo, m. 46). No utilizados: Kujovic, Javi Fuego, Rubiales y Serrano.
Murcia: Notario; Curro Torres, Arzo, Mejía, Peña; De Lucas (Pignol, m. 91), Richi, Pablo García, Regueiro (Jofre, m. 88); Iván Alonso y Baiano (Goitom, m. 67). No utilizados: Alberto, Ochoa, Abel y Gallardo.
Árbitro: Paradas Romero. Amonestó a Tommasi, Descarga, Berson, Peña, Arzo, Cirillo y Geijo
12.548 espectadores en el estadio Ciutat de València.
Riganò es un poste. Si te cae encima, te fulmina. Pero no le pidas que se mueva. Ese gigante fichado a última hora del Messina, con 19 goles en el último curso en Italia, debutó ayer con la camiseta del Levante y la impresión no fue exactamente buena. No parece que, de momento, vaya a resolver esa sequía que sufre el equipo desde la pretemporada. Cierto que para contenerlo, sobre todo en las faltas en contra, Lucas Alcaraz incrustó a un tallo de medio centro, Richi, que hacía eventualmente de tercer central. En cuanto a Riga, que se creía más rápido que su marcador, pidió, casi suplicó, un pase en profundidad que no le llegó. Pelotazos sí, pases, ni uno.
La primera parte se hizo larga. Contribuyó el árbitro, debutante en Primera y ávido por pitarlo todo: un roce o una mala mirada. Por mucho que Savio siga, a sus 33 años, con ese aire juvenil que le permite pegarse una carrera de 30 metros quebrando rivales. O centrar con tal delicadeza que es una ofensa no rematar a gol. Toca otra música Savio y no parece ésta la orquesta adecuada. El Murcia anduvo cerca de marcar en varias ocasiones. Lo evitó el portero Storari, muy vivo toda la noche.
Cansado de que no se iluminara el poste, Abel lo sustituyó y retiró al lateral Descarga para dar pie a Ettien. Dio una vaga impresión de querer y poder ganar.
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