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Blanco apela al resultado del 27-M para justificar ante los socialistas navarros la orden de dejar gobernar a UPN

El PSN ha pasado a ser la tercera fuerza política en Navarra y, con esa representación, obtenida el 27-M, los socialistas no pueden garantizar un Gobierno estable con un proyecto claro alternativo al de Miguel Sanz (UPN).

Ésta es parte de la explicación que el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, dará hoy a los más de 200 miembros del comité regional, el máximo órgano entre congresos del socialismo navarro, que el 4 de julio se pronunció abrumadoramente a favor de un acuerdo de Gobierno con Nafarroa Bai e IU para derrocar a Sanz. El número dos del PSOE reconocerá que el partido ha tardado demasiado en dar una respuesta definitiva sobre los pactos poselectorales y pedirá a los asistentes que superen la melancolía y miren al futuro.

La herida abierta en el PSN tras la negativa de Ferraz de aceptar su acuerdo con NaBai e IU y las órdenes de la ejecutiva federal de facilitar la investidura de Sanz se ha llevado hasta el momento por delante a su candidato a la presidencia, Fernando Puras (que dimitió el 7 de agosto), a cinco miembros de la ejecutiva regional y a toda la dirección de las Juventudes Socialistas de Navarra.

Dos sectores críticos, el Foro por el relanzamiento del socialismo navarro -formado fundamentalmente por militantes y cargos afines al anterior secretario general, Juan José Lizarbe, que perdió el último congreso por 10 votos- y un grupo de miembros de distintas agrupaciones de la comarca de la Ribera (sur de Navarra) -alineados inicialmente con la dirección regional-, piden desde hace semanas la marcha del líder del partido, Carlos Chivite. Lo consideran responsable de no haber sabido vender la voluntad de los socialistas navarros en Madrid y del descrédito entre el electorado que ha generado la decisión de Ferraz.

Los reproches también se dirigen a Blanco, al que muchos socialistas consideran urdidor de una suerte de pacto secreto con Sanz para cederle el Gobierno y darle estabilidad. Hoy, el secretario de Organización del PSOE tratará de convencer a todos de que dejar gobernar a Sanz fue lo mejor para España, Navarra y los socialistas de la comunidad foral.

Y no sólo por aritmética electoral, sino por la heterogeneidad de la coalición nacionalista. Fuentes del partido recuerdan que el PNV está en pleno debate entre soberanistas y pactistas para formar nueva dirección; que ese partido está enfrentado con EA en el Gobierno vasco y que el lehendakari Ibarretxe ha retomado el referéndum de autodeterminación en Euskadi. "¿Qué ocurriría si a mitad de mandato esos enfrentamientos y propuestas estrambóticas llegan a Navarra?", se preguntan en el PSOE. PNV y EA son socios en Nafarroa Bai junto a Aralar y Batzarre.

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Blanco insistirá además en que no es momento de discusiones internas a ocho meses de las elecciones generales. El liderazgo de Chivite en el PSN no se pondrá en cuestión hasta el próximo congreso regional. Ahora toca, según fuentes del PSOE, intentar modificar la gestión de Sanz con iniciativas como la que insta al Ejecutivo foral a garantizar el ejercicio del derecho al aborto o a retirar el recurso de inconstitucionalidad contra la Ley de Dependencia.

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