_
_
_
_
_
Reportaje:

Arte, a través de una mirilla

Siete artistas contemporáneos exhiben su obra en las ermitas y el Calvario de Sagunt en la 2ª edición de 'Peregrinatio'

Vanguardia y tradición. Lo profano y lo religioso. Aparentes contradicciones que siete artistas contemporáneos han logrado fundir en un mismo espacio gracias a su sensibilidad. El resultado se puede contemplar desde el 13 de julio y hasta el 9 de septiembre en las seis ermitas y en el Calvario de Sagunt (Valencia) dentro de la exposición Peregrinatio. Se trata de la segunda edición de un proyecto de la Consejería de Cultura y el Ayuntamiento de Sagunt para revitalizar el casco histórico de la localidad.

Los responsables de la exposición tenían claro que la fecha de celebración coincidiría con el Festival Sagunt a Escena para aprovechar la afluencia de público. Respecto al lugar, el patrimonio cultural de las ermitas y su situación, camino al Teatro Romano, las convertían en un lugar único.

Ermitas pequeñas, blancas y repartidas por el casco histórico. Por tradición, pertenecen a cofradías de particulares y sólo abren el día del santo. Para rezar, los fieles se acercan a una mirilla de unos 30 centímetros de ancho. La misma por la que el visitante contempla estos días las obras de arte, englobadas bajo el lema La mirada interior. Invitan a mirar a través de las celosías y hacia el interior de uno mismo para identificar conceptos como el dolor, la esperanza o el pecado. Son instalaciones exclusivas de arte efímero, en las que predominan los materiales sencillos y el uso de luces fluorescentes.

Cada artista eligió una ermita para desplegar su creatividad. El único límite, el respeto. Modernidad, sin denigrar la tradición. "Está muy bonito y es un orgullo que la gente de fuera se asome para ver la ermita", asegura una de las integrantes de la Cofradia dels Dolors.

A la puerta de su ermita, un cartel con luces de neón anuncia una fábrica de exvotos, ofrendas en recuerdo de un beneficio recibido. En el interior, objetos con formas de armas, mutilaciones o caras que expresan dolor se despliegan en las paredes del templo e iluminan a la virgen como agradecimiento. "Se mezcla el resplandor con las tinieblas", según lo define su creador, Lidó Rico. A unos metros de distancia, el visitante se encuentra con la ermita de San Miquel, el arcángel protector de la Iglesia que expulsó al diablo Luzbel. La lucha entre el bien y el mal, eterna en la historia del ser humano. Esto inspiró a Javier Velasco para crear Paraíso perdido, en alusión al poema narrativo de John Milton. Un perfil de luces de neón forma la figura del ángel en su transformación en demonio. Colgadas del techo, se desprenden lágrimas de cristal. Del suelo, rayos del mismo material alumbrados por una luz roja.

Continúa el recorrido. Mirabilia es la obra que ha presentado Pamen Pereira en Santa María Magdalena. A unos metros de la mirilla, un holograma proyecta la imagen de la virgen. Flota y transmite una sensación milagrosa.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

En la parte alta del casco antiguo, en el Calvario, Peregrinatio llega a su fin. Javier Freixanes en El otro camino identifica el sufrimiento de Cristo en la subida al monte donde le crucificaron con el del inmigrante en su lucha por prosperar. Un camino de dolor que el artista simboliza con un manto de unos 100 metros de largo formado por retales de ropa de inmigrantes.

De nuevo, la sensibilidad. El nexo entre historias profanas y religiosas de una exposición que rescata sentimientos y los proyecta hacia el espectador.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_