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Crónica:Atletismo | Campeonatos del Mundo
Crónica
Texto informativo con interpretación

Tyson Gay es el rey

El estadounidense logra el doblete del 'sprint' al imponerse en los 200 metros al jamaicano Bolt

Carlos Arribas

Antes de Michael Johnson, el 200 fue Carl Lewis; después, Tyson Gay. Lewis, el sprinter modelo, fue la elegancia en la curva; Johnson, la eficacia; Gay, el último, la velocidad. Los 200 metros, la media vuelta a la pista, una distancia que fue durante años el refugio de los fracasados en los 100 y los 400, recuperó ayer su esplendor y permitió a Gay, ya ganador del hectómetro el domingo, coronarse rey indiscutible de la velocidad.

Para conseguirlo, Gay, un especialista nato en los 200, debió imponerse a otro puro especialista en la carrera de la curva, el joven gigante jamaicano Usain Bolt (19,91s), quien se las hizo pasar canutas y le empujó a conseguir una marca magnífica (19,76s), un récord de los campeonatos que mejora en tres centésimas el tiempo de Johnson en Gotemburgo 95. El Expreso de Waco puede, de todas maneras, dormir tranquilo: su plusmarca mundial de 19,32s sigue siendo un objetivo imposible para la joven generación. Además, como le sucediera en el 100, Gay se vio frenado en la recta por el viento en contra, que sopló a 0,8 metros por segundo. Tercero terminó otro especialista puro en la distancia, el estadounidense Wallace Spearmon, otro de la media docena de jovencitos que en los dos últimos años han bajado de 19,80s, pero que en esta ocasión se quedó en 20,05s.

Esta vez se asustó al verse por detrás. Pero el miedo no le paralizó. Fue un turbo propulsor
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Como en los 100 metros, Gay debió remontar a mitad de carrera a un rival que salió más rápido. En su duelo con Asafa Powell le ayudó el hundimiento emocional, el miedo que hundió al recordman jamaicano. Contra Bolt sólo contó con sus fuerzas, con su gran capacidad de mantener más tiempo que nadie la velocidad máxima.

En esta ocasión el que se asustó fue Gay, considerado el as de la curva, que se encontró ya a los 80 metros una zancada por detrás de Bolt. Pero el miedo, el chorro de adrenalina, no le paralizó; antes al contrario, se convirtió en un turbo propulsor.

Bolt, de planta espléndida, de piernas interminables, contó con la ventaja de correr en una calle más exterior que Gay, la quinta frente a la cuarta; una calle con más radio de curva, una calle en la que, por tanto, la fuerza centrífuga, lateral, que se opone al movimiento hacia adelante es menor que en una calle de curva más pronunciada. Y Bolt no es cojo, ni mucho menos; Bolt es un chaval de 21 años recién cumplidos que, cuando tenía 15 y más talento que fuerza física, ya se proclamó campeón mundial júnior, el más joven de la historia, y que cuando tenía 20, con más músculo en sus piernas, ya fue capaz de pasar el doble hectómetro en 19,75s. Bolt mide 1,96 metros, lo que le emparenta con los gigantes del 200 en México 68, Tommie Smith y John Carlos, pero lo que en los norteamericanos de antaño era gracia felina en la pista, en la perla jamaicana es aún tosquedad, pesadez de pisada. Y, pese a ello, a los 100 metros aún Gay no lo tenía claro. Sólo en la recta, sólo aplicando su gran frecuencia de zancada en los metros finales, doblegó a Bolt.

Terminó tan exhausto Gay que ni siquiera tuvo fuerzas para sacar a pasear su Mo Greene profundo, los puñetazos contra el pecho como el primer velocista que consiguió el doblete 100-200 en unos Mundiales, los de Sevilla 99.

Después de Greene -Lewis nunca logró el doblete en unos Mundiales; ese logro lo reservó para los Juegos de Los Ángeles 84, donde también fue oro en longitud y el relevo corto-, otro atleta estadounidense volvió a hacer el doblete. Pero éste, que se llama Justin Gatlin y dio después positivo por testosterona, no figura en el santoral de Gay, quien ayer, finalmente, pudo hablar con su entrenador, Lance Brauman, sin tener que poner una conferencia a la prisión de Texarkana. Brauman, también técnico de Spearmon y de la jamaicana Verónica Campbell, ganadora de los 100 metros, está en libertad desde el martes.

Tyson Gay (arriba), en plena curva.
Tyson Gay (arriba), en plena curva.REUTERS

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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