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Reportaje:Atletismo | Campeonatos del Mundo

Oro de quita y pon

Campbell se lleva los 100 metros después de que se diese como ganadora a Edwards

Del éxito al fracaso, un suspiro y un guiño de pantalla. Torri Edwards, la mejor velocista de la temporada, se plantó en la final de los 100 metros hambrienta de desquites. La estadounidense se había pasado año y medio llorando en los entrenamientos, escuchando lecturas de la Biblia y estudiando Sociología porque ya no podía correr: el Tribunal de Arbitraje Deportivo le había reconocido como una atleta "íntegra, honrada y con carácter", pero había mantenido su sanción de dos años por consumir en una prueba en Martinica pastillas de azúcar con trazos de niquetamina.

De vuelta en la élite, la velocista dijo necesitar el oro "desesperadamente". "Ninguna de estas señoritas lo quiere tanto como yo", decía. Ayer, durante tres minutos, la medalla fue suya oficiosamente. Un espejismo: acabó la cuarta.

La final se decidió con una foto y por milésimas de segundo. Durante tres minutos, las velocistas se pasearon por la pista con los brazos en jarras esperando una decisión. Primero, para sorpresa del público, vieron a Edwards como campeona. La norteamericana no lo celebró. Luego, se apagó la pantalla. Y el tiempo se detuvo. La foto de la línea de llegada era un cuadro de cuerpos y brazos en imposibles escorzos.

De la confusión surgieron tres nombres: Verónica Campbell (11,01s), Lauryn Williams (11,01s) y Carmelita Jeter (11,02s). Oro, plata y bronce. Siete milésimas separaron a las seis primeras de la final más lenta de la historia de los Mundiales. Un hombre satisfecho lo celebró en la cárcel.

"Ha sido uno de los momentos de espera más largos de mi vida", dijo la jamaicana Campbell. "No estaba segura. Estaba confusa porque mi nombre aparecía y desaparecía de la pantalla", añadió antes de acordarse de su entrenador, Lance Brauman, que también lo es de Tyson Gay, oro en los 100 metros masculinos. "Debería estar muy orgulloso", dijo sobre el técnico, encarcelado por fraude. "Él nos dio la hoja de entrenamientos cuando le visitamos. Aquí nos hemos estado mandando sms con el móvil".

"No sé exactamente qué ha pasado. He visto la repetición y ni yo misma podría decidir quién ganó", asumió Williams.

La llegada con Verónica Campbell por la calle 7.
La llegada con Verónica Campbell por la calle 7.EFE

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