Una pregunta para cada respuesta
Antena 3 estrena 'Jeopardy', uno de los concursos más longevos de la televisión
En Jeopardy -que desde hoy adapta Antena 3 (20.15) de la producción estadounidense del mismo nombre-, el mundo es al revés. La pregunta llega en forma de respuesta. Ejemplo: uno de los concursos más conocidos en Estados Unidos cuya sintonía es sinónimo de tiempo para responder. En este caso la única contestación posible, acompañada de interrogantes, es: "¿Jeopardy?". Ésa es la base de una de las competiciones más longevas y populares de la programación estadounidense, además de parte fundamental de la cultura popular de aquel país que ha trascendido a otros medios. Porque incluso los que no son amigos de estos formatos habrán oído alguna vez la musiquilla del espacio o se habrán cruzado con alguna referencia a Jeopardy en series desde Cheers a Padre de familia, pasando por parodias de la mano de Will Ferrell o de todos los humoristas del popular Saturday night live.
La idea, concebida hace más de 40 años, hizo millonario a su creador, el recientemente fallecido Merv Griffin, cerebro también de La ruleta de la suerte. En total son 30 minutos de preguntas y respuestas organizadas en tres rondas y con tres jugadores, de los que saldrá un ganador. Un esquema que se repite en la cadena ABC y, en apariencia, poco novedoso, pero que llegó con un detalle inusual. Los concursantes escuchan las respuestas o algunas pistas y tienen que contestar formulando la pregunta.
El título, Jeopardy ("peligro" en inglés), hace referencia a otra pequeña peculiaridad: cada acierto tiene un valor en metálico que se suma a las ganancias del que vence, pero se resta del que se equivoque. Con este esquema, el concurso se ha ganado una media de 37 millones de espectadores por semana en Estados Unidos, mientras que sus jugadores se han embolsado grandes sumas de dinero. Al menos en el caso de Ken Jennings, el héroe de Jeopardy, que se llevó 2,5 millones de dólares (1,8 millones de euros) después de participar en 74 ediciones. Claro que el que más dólares se metió en el bolsillo fue el propio Griffin, que obtuvo 70 millones (51,3 millones de euros) en derechos de autor simplemente gracias a la famosa cancioncilla que suena mientras los concursantes reflexionan, un tema ahora titulado Think!, pero que compuso originalmente como A time for Tony, una nana para su hijo.
Con 27 premios Emmy en su haber, Jeopardy disfruta de una posición envidiable en la televisión estadounidense y en el resto de los medios; es una franquicia que se ha extendido no sólo a otros países sino a otras plataformas, con juegos online, videojuegos, juegos de mesa o como sintonía para teléfonos móviles. Aunque su longevidad -ha sobrevivido a cientos de concursos- es para algunos un demérito. "Escojo cansancio por mil dólares. Alex, icono que necesita un cambio", tituló recientemente un crítico de televisión en referencia al presentador, Alex Trebek, al frente del programa desde 1984 y considerado por muchos la razón de su éxito. Para otros, su aspecto de maestro de escuela, afable y educado pero con aire de superioridad, está entre los detalles más pasados de moda de este concurso.
Aun así, Jeopardy ha sabido ganarse a nuevas generaciones de adeptos modernizando sus categorías de preguntas, invitando a famosos -desde Jodie Foster hasta David Duchovny, pasando por el ex presidente estadounidense Bill Clinton, el escritor Stephen King o el compositor Andrew Lloyd Webber, entre otros- o inventando continuamente nuevos especiales, como los torneos de ganadores, con los que revitalizar el programa. Una fórmula que ha funcionado, a juzgar por las 25.000 personas que anualmente se presentan al programa para convertirse en uno de sus concursantes. Aunque, como dice su presentador, sólo "los que son más leídos y se consideran brillantes" saldrán elegidos. Eso, además de pasar las 50 preguntas de cultura general que abren las puertas de Jeopardy en Estados Unidos.
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