Fernandes, una promesa
José Mourinho le llamó Manelelé por su parecido futbolístico con Makelele. Manuel Fernandes (Lisboa, 1986) es un centrocampista rápido y con ganas de gol aunque sea con un zapatazo, como aquél contra el Villarreal, hace dos años, en la Champions, que dio el empate al Benfica, club en el que se formó y que le llevó a la internacionalidad.
En realidad, es una promesa por la que el Valencia ha decidido apostar fuerte: pagará unos 15 millones de euros al Benfica después de que el Everton, que lo daba por fichado por 18, se retirase de la puja a última hora por un problema burocrático: los derechos del futbolista pertenecen en un 50% a una empresa de fondos de inversiones, Global Sports Investment, y la legislación de la Liga inglesa se opone a que sus clubes contraten jugadores en esas condiciones.
Fernandes debutó en la Primera División portuguesa en el curso 2003-04 de la mano de José Antonio Camacho. A la siguiente temporada, con Giovanni Trapattoni, se ganó la titularidad y ayudó a ganar la Superliga lusa después de once años de sequía.
Sus relaciones con la directiva del Benfica nunca han sido fluidas, de ahí que en 2005 fuera cedido al Portsmouth con una opción de compra que no se concretó debido a una hernia inguinal. Superada esa dolencia, se marchó prestado al Everton.
