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Entrevista:DOROTEA BÁRCENA | Actriz

"Hoy, si no sales en la televisión, no existes"

Tiene una mirada clara cargada de experiencia y lleva en su memoria todas las escenas del teatro gallego contemporáneo.

Pregunta. ¿Pesa sentirse una histórica del teatro gallego?

Respuesta. En absoluto. Estoy muy orgullosa del camino recorrido. Y aunque determinada gente del teatro de hoy siente un gran desprecio por los dinosaurios, si no existiéramos nosotros, ellos no estarían donde están.

P. Un día abandonó la enseñanza por el teatro, ¿se lo han perdonado sus alumnos?

R. No lo sé. Aún tengo alumnos que me recuerdan y cuando nos cruzamos me demuestran su afecto y admiración, por la profesora y por la actriz.

P. ¿Se lo ha perdonado a sí misma?

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R. Yo sí. Millones de veces.

P. Viene del Teatro Independiente (TI). ¿Valió la pena emprender aquel camino?

Os Tonechos son un fenómeno sociológico en el que estoy encantada de participar interpretando a Amadora
Los políticos no van al teatro por su propia voluntad y no veo cambios importantes para bien en la política teatral gallega

R. Fue un máster que me sirvió para ser la actriz que soy. A muchos les haría falta haber hecho ese recorrido, no sé si para ser como yo, pero sí para comprender el valor de esta profesión.

P. Celebramos el 40º aniversario del movimiento hippy, coetáneo del TI. ¿Qué quedó de lo uno y de lo otro?

R. Muchas cosas. El mundo actual no sería como es de no haber existido esos movimientos. Uno en el plano internacional, que también nos influyó aquí, en una sociedad reprimida y falta de oxígeno, y el TI español, porque abrió ventanas para que entrara el aire en la cultura de aquel momento.

P. Cuando en Francia hacían la revolución del 68, ustedes hacían política con el teatro. ¿Eran osados o ingenuos?

R. Las dos cosas. En aquel entonces era la única manera de sobrevivir. Una gran dosis de ingenuidad para creer en un futuro mejor, en el cambio social, y una fuerte dosis de osadía para llevar adelante los proyectos contra una estructura política que comenzaba a derrumbarse.

P. ¿Realmente soportaron grandes presiones o actuaban?

R. El teatro soportaba una presión social y política muy fuerte. Se pretendía que fuera el arma para solucionar la falta de libertad, de cultura, de educación, de comunicación... y que además fuera un producto artístico de primera calidad.

P. Ahora sólo es dependiente.

R. Sí. Y no sé si es bueno o malo. Es totalmente dependiente. Aquí cada uno va a lo suyo.

P. Si el teatro siempre está en crisis, ¿por qué se empeñan en seguir?

R. Porque el humano es un ser teatral. Desde la prehistoria, desde que el hombre empezó a gesticular para hacerse entender, hizo teatro y lo seguirá haciendo.

P. ¿Cuesta más lograr una subvención o un buen texto?

R. La subvención es un trámite, está al alcance del más avispado. Un buen texto es muy complicado, hay que poner inteligencia.

P. En Galicia, los autores de teatro caben en un taxi.

R. Porque no da de comer, como nada que se relacione con la escena. Yo no he renunciado a escribir teatro, pero es una tarea trabajosa y poco rentable. Ahora estoy en una obra pero tardará en salir, me da pereza.

P. Los dramaturgos se han vuelto guionistas. ¿No es caer muy bajo?

R. Puede, pero por lo menos comen de lo que escriben. No creo en el purismo ante el plato de cocido. No se puede ser purista y un santón de la ortodoxia teniendo el estómago vacío.

P. Si no fuera por la tele...

R. Menos mal. En este país al menos tenemos la TVG y un idioma propio, si no de dónde iba a vivir el plantel que hemos reunido en pocos años.

P. ¿Un actor de teatro alcanza la gloria en la caja tonta?

R. Parece ser que sí. Con la serie Quién da la vez obtuve una gran popularidad en toda España que nunca me había dado el teatro, pero cuando desaparecí de la pantalla volvió el silencio hasta que retorné de nuevo. Todo es muy efímero hoy, y si no estás en la televisión, no existes.

P. Usted ha hecho de todo en el escenario y en el cine, con personajes excelentes, y resulta que con Amadora en Os Tonechos la conoce hasta el tendero de la esquina. ¿Duele?

R. En absoluto. No existe un mal personaje para un actor o actriz, depende de cómo lo construyas. Que Amadora haya llegado al gran público depende del medio y también de que los Tonechos es un fenómeno sociológico en el que estoy encantada de participar y contribuir, entre otras cosas, porque creo que tengo química con el público. Con éste o con cualquier otro personaje.

P. En la vida ¿se sale del guión o es políticamente correcta?

R. Me salgo mucho del guión y así me ha ido. Me castigo pero no lo puedo remediar.

P. El teatro fue un arma política durante mucho tiempo. Ahora los políticos ni les reciben.

R. Seguramente es que hoy no servimos para gran cosa. Los políticos no van al teatro por voluntad propia y no veo cambios importantes para bien en la política teatral gallega.

P. De los nuestros ¿Cuál es el político que mejor actúa?

R. Les llega bien a todos. Están para un Goya.

P. ¿Qué obra haría con ellos?

R. Las troyanas, que es una excelente tragedia.

P. ¿Qué obra le pide al futuro?

R. Trabajo.

ES LA GRAN DAMA DEL TEATRO GALLEGO.

Nació en Oviedo en 1944 pero es gallega de Vigo, del barrio obrero del Calvario, desde los cuatro años. Se hizo maestra pero abandonó las aulas porr la aventura del Teatro Independiente. En este oficio lo ha hecho todo: actriz, empresaria, directora de escena, escritora. promotora de actos, formadora de actores y directora del Centro Dramático Galego.

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