"Pudimos haber ganado perfectamente"

"Ya va siendo hora de ganar. El año pasado hicimos dos buenos partidos y al final los empatamos. A ver si a la tercera va la vencida", se encomendó Javier Aguirre antes del encuentro. No hubo manera. El tan publicitado once inicial contra la Vojvodina, aquel Atlético imparable que goleó hace un par de semanas al simplón equipo serbio, no rompió el maleficio. Anoche ni siquiera empató en un estadio, el madridista, donde no canta victoria desde el 30 de octubre de 1999. Hasselbaink, en dos ocasiones, y José Mari, dirigidos por Claudio Ranieri, remontaron entonces el gol inicial de Morientes.

Entre los aficionados rojiblancos, el resultado va camino de la leyenda. Hasta a Aguirre le pudo el subconsciente. "Hoy ganamos... Perdón, hoy perdimos, pero jugando así ganaremos muchos partidos", expuso el entrenador del club del Manzanares. Contraviniendo a sus principios, a lo habitual que se había convertido hablar del infortunio o la mala suerte, a las fatalidades del Pupas, término que acuñó Vicente Calderón tras perder la Copa de Europa ante el Bayern de Múnich, el técnico mejicano se refirió al "infortunio" en el gol de Sneijder. "Hay que reconocer que el rival tiene calidad, fue un toma y daca constante, pero bueno, ese autogol, esa pierna que metió Pablo al final del partido... Nos dejó un mal sabor de boca", abundó el entrenador.

"Tras el gol reculamos, no sé si de forma consciente", reconoció Raúl García

El derby más caro de la historia, con 190 millones de euros gastados entre los dos conjuntos en el mercado de verano, remitió al duelo del curso anterior. Así lo consideró Aguirre: "El Madrid en su campo siempre es complicado, la afición le lleva en volandas... Y, como el año pasado, nos faltó matar el partido antes". Sólo dos jugadores de la plantilla del Atlético han ganado en el Bernabéu. Y nunca lo hicieron con la zamarra de rayas blancas y rojas. Leo Franco y Antonio López son los únicos jugadores de la plantilla que han salido triunfantes de Chamartín. El argentino por partida triple, siempre con el Mallorca. "Nos vamos con bronca, porque jugamos bien y tuvimos ocasiones para ganar. Sabíamos que iba a ser un encuentro difícil, porque no hicimos caso a todo lo que se decía del Madrid, que si estaba tan mal y tal. Y así ha sido", confesó el portero. El lateral lo hizo con Osasuna y Aguirre en el banquillo.

Forlán fue otro de los pocos que dejó unas palabras. "Quizás nos faltó algo de tranquilidad nada más marcar, pero en fin, ya saben cómo es esto", declaró el delantero uruguayo. "Si pones a defender a Simão, al Kuhn, a Forlán y a Maxi... No debíamos variar el sistema", le replicó el entrenador del Atlético. Durante unos segundos, Forlán celebró su tercer gol al Madrid, en la jugada posterior al acierto de Sneijder. "Pero pitaron fuera de juego, así que nada. Hay que mirar al futuro", se despidió antes de subir al autocar, donde le esperaban sus compañeros.

Pablo y Agüero fueron los que más prisa se dieron en buscar refugio en el transporte. Con la vista al frente, perdida, los dos evitaron a los medios. El defensa por su actuación, determinante en la remontada del Madrid, y el punta argentino, enfurruñado y cabizbajo, por la ocasión que falló en el tiempo de descuento ante Casillas. Los oídos le pitaron tras otra vaselina perdida. "Aún en el minuto 92 tuvimos otro mano a mano", recordó Aguirre; "pero Iker estuvo bien".

Según Aguirre, el Atlético murió con las botas puestas en un "partido abierto, bonito de ver, disputado... Un derby", en definitiva". Defendió la actitud de su equipo contra viento y marea. "Ya dije lo que quería, que llevásemos la iniciativa, sin complejos y con ganas". Maniche no lo tuvo tan claro: "Quisimos jugar concentrados, con agresividad, pero no fue posible". La otra manija del Atlético, Raúl García, admitió que "algo" recularon tras marcar el gol. "No sé si fue de forma inconsciente, pero es verdad que dimos unos pasos hacia atrás. Nos han sujetado en el medio y nos han cogido a la contra".

Aguirre ignoró los comentarios del mozo que mandó traer de Osasuna. "Pudimos haber ganado... Los jugadores están hechos polvo, pero no hay tiempo para lamentos", se conjuró el preparador del Atlético. La Vojvodina espera.