"No tuvimos ningún punto flojo"

Los técnicos son como alquimistas, o como cocineros. Mezclan, calientan y vuelven a mezclar. Bernd Schuster, el entrenador del Madrid, salió airoso de su última aventura creativa en el caldero del Bernabéu. Sus fórmulas, su elección de jugadores, y sus ajustes, comienzan a dar resultados agradables. Schuster se confesó feliz tras el partido. Sobre todo por el público, al que le dedicó la obra. "Les dedico la victoria a los seguidores", dijo; "cuando planteo los partidos tengo en mente a los aficionados en un porcentaje muy alto de mis decisiones. Quiero que el público disfrute, que reciba una parte del precio que paga por la entrada. Creo que hoy el público se ha marchado a casa a gusto".

"Si viene Alves, mi idea es que juegue como interior", dice el técnico, "no como lateral"

El Madrid respondió cuando se acabó el simulacro del fútbol de verano. Tardó un poco. Sólo media hora. Hasta que Sneijder, Diarra y Guti comenzaron a ocupar los espacios coordinadamante, como los huevos y las patatas en la sartén. Con ellos, el Madrid anuncia una buena tortilla. El resultado final comenzó a dilucidarse ayer y a Schuster le gustó.

"Hemos hecho un gran partido", prosiguió el alemán, con expresión inexcrutable. "Estoy contento con la recuperación del balón, con la creación, y con el trabajo de los puntas. No hemos tenido ningún punto flojo. Los jugadores se están conociendo poco a poco, se están distribuyendo mejor y empiezan a tener confianza con el balón. Se precipitan menos que antes, aunque a mí me gustaría que tuvieran más pausa".

Sólo el gol de Agüero, en una falta mal defendida, desencajó al Madrid y puso en alerta al público de Schuster. El Bernabéu asistió a momentos de incertidumbre. Pero apareció Raúl. De los 195 goles que Raúl ha marcado en la Liga española, diez se los metió al Atlético. El último fue ayer. De forma insospechada, como suele ocurrir con Raúl. Se coló entre los centrales, pegó la espalda contra Pablo y se elevó para cabecear un centro templado de Ramos. Fue gol.

"Raúl tiene que volver a disfrutar", dijo Schuster, satisfecho con la labor de su capitán. "Me alegré mucho con su gol porque hace un trabajo ejemplar. Aunque no marque. Tiene calidad y eso se nota".

Raúl mide 20 centímetros menos que Pablo y tiene cinco años más. La edad le pesa, como a cualquier mamífero. En los mentideros se le examina con una inquietud creciente. Sin embargo, ayer llegó donde el central del Atlético no pudo. Buen síntoma para Raúl y mala señal para el Atlético. De poco le servirá al equipo de Aguirre exhibir un ataque portentoso si atrás no le quita un balón a nadie. El accionista mayoritario del Atlético, Miguel Ángel Gil, suele decirlo en estos días: "Nuestro jugador más importante será Pablo. Si él funciona, funcionará el equipo".

El mal funcionamiento de Pablo favoreció al Madrid. En plena reflexión sobre los últimos acontecimientos, Schuster se acordó de Capello, su predecesor en el cargo, que hizo campeón al equipo a pesar de estar enfrentado a la directiva y a una parte de la grada. "Yo aguanto la presión porque confío en mi trabajo y la plantilla me apoya", comentó; "además, tengo las espaldas anchas. Pero es verdad que lo que pasó el año pasado yo no sé si lo habría podido soportar. Sólo una persona como Capello habría podido conseguir lo que él hizo en la temporada pasada. Fue tremendo".

En un arranque de sinceridad muy propio de su acervo, Schuster declaró que si el Madrid fichara a Alves no encontraría ningún inconveniente en hacerlo jugar junto con Sergio Ramos. "Hasta que se fue Cicinho contábamos con tres laterales y Ramos como opción de centrocampista. Ahora, si viene Alves mi idea es que juegue por delante, como interior, y no saliendo desde atrás como hace en el Sevilla".

"De todas formas", matizó Schuster; "si al presidente le hablas de más refuerzos te mata, porque el club ha hecho un gran esfuerzo económico. Otra cosa es lo que yo deseo. Yo estoy tranquilo con esta plantilla aunque me gustaría otro jugador más".

Schuster apuntó a la necesidad de contratar un interior -como Alves- porque el lateral lo tiene bien cubierto. "De lateral derecho veo a Sergio, que hoy jugó con garra", dijo. "Él tiene muchas ganas, aunque le faltan cositas que aprender, porque se ha pasado dos años jugando como central. Ahora debe asentarse como lateral".