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EL LIBRO DE LA SEMANA

Después del viaje

AL REGRESAR de su apasionante viaje, Robert FitzRoy y Charles Darwin apenas volvieron a verse, y aunque en los cinco años de la expedición compartieron entusiasmo y placer por el proyecto, al regresar a Inglaterra el tiempo los fue separando, pues lo que en el Beagle fueron controversias que quedaban entre ellos, o sólo las advertía la tripulación (son apasionantes las conversaciones que mantuvieron sobre el Diluvio Universal), FitzRoy no perdonó que el naturalista escribiera sobre la teoría de que "los fenómenos naturales pueden ser explicados sin necesidad de recurrir a los agentes sobrenaturales".

En 1840, Darwin escribía al capitán: "No deseo nada, excepto que mejore mi salud para seguir adelante con las materias a las que gozosamente he decidido consagrar mi vida". Y así fue, llevó una vida retirada dedicada al estudio e investigación del material recogido durante su travesía en el Beagle. Algunas de sus obras fueron Observaciones Geológicas, Arrecifes coralinos, o sus impresiones como naturalista en el tercer tomo de una obra de tres, en la que FitzRoy se encargó de los dos primeros volúmenes. En 1859 se editó El origen de las especies, después de veinte años de trabajo, y en 1871, El origen del hombre. Darwin continuó escribiendo hasta su muerte en 1882. Por su parte, FitzRoy ocupó un lugar en el Parlamento británico, fue gobernador de Nueva Zelanda, se le considera el padre de la meteorología, y sus estudios mejoraron considerablemente la navegación.

Darwin murió a los 73 años, FitzRoy no había cumplido los 60. Se había suicidado en 1865 rebanándose el cuello con la navaja de afeitar. ¿Y el Beagle? El Beagle hizo una tercera expedición y más tarde, convertido en buque de vigilancia, quedó fondeado en el río Roach. Le cambiaron el nombre y le llamaron WV7.

Y el tiempo pudo con todos: capitán, naturalista, barco y tripulación, pero su aventura, su historia pervive y apasiona y la maestría con que la recrea Harry Thompson resulta magnífica. Harry Thompson murió en 2005 víctima de cáncer. Tenía 45 años.

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