La cuadratura del círculo
España confía en Bojan para ganar el único título de las categorías inferiores que se le resiste
"¿Pero tú has visto a Bojan Krkic?". La pregunta iba corriendo la temporada pasada entre los aficionados barcelonistas fieles al Miniestadi al elogiar el desbordante talento de este joven delantero de 16 años hijo de serbio y española. El escepticismo cundía hace tiempo cuando había quienes aseguraban que Messi era una especie de nuevo Maradona. Pero resulta que no exageraban tanto. Ahora la ilusión está puesta en este jugador de Linyola (Lleida, 1991) ascendido al equipo de Frank Rijkaard. La federación confía en él para que España se adjudique en Corea del Sur, por primera vez en su historia, el Mundial sub 17, el único título de las categorías inferiores que se le resiste. En dos ocasiones acarició la copa y en las dos se le escapó: ocurrió en la final de 1991, ante Ghana, y en la de 2003 ante Brasil. España cayó por el mismo resultado: 1-0.
Encuadrada en el Grupo C, España debuta hoy (8.00 de la mañana, hora española) ante Honduras. El seleccionador, Juan Santisteban, no se fía del rival, que se estrena en este Mundial. A España, que se entrenó ayer bajo un sofocante calor, le aguardan el miércoles Siria y el sábado la siempre temible Argentina.
Eliminado México, vigente campeón, la tricampeona Brasil vuelve a ser la primera candidata al título en esta undécima edición del Mundial. Ayer abrió la jornada inaugural y zarandeó a Nueva Zelanda (7-0). La goleada no pasará a los anales del fútbol. Pero Fabinho, un jugador brasileño, ha hecho méritos para que su nombre se recuerde siempre: marcó el gol más rápido en un torneo FIFA al invertir nueve segundos para atinar a centro de Alex. Hasta ahora, el récord estaba en posesión del turco Hakan Sukur, que marcó a los 11 en un partido ante la República Checa en el Mundial absoluto de 2002.
Tras liderar a España hasta el título en el reciente Europeo sub 17 y haber jugado con la sub 19, la sub 20 y la sub 21, Bojan sufrió una decepción cuando la federación le reclamó para jugar este Mundial. Ya se entrenaba con el Barça en Escocia, donde dejó huella de su enorme clase en dos partidos amistosos. En el primero dio un pase a Giovani, sobre quien se cometió penalti (0-1), y en el segundo pareció haber jugado toda la vida con Henry: dio un pase al francés, con dos caños incluidos, y Giovani acabó marcando (1-3).
El Barça quería que Bojan participara en la gira de Asia para no interrumpir su integración en el primer equipo y propuso un plan a la federación: que continuara bajo las órdenes de Frank Rijkaard hasta el día 10, fecha de conclusión del periplo, y que desde Hong Kong se incorporara a la concentración en Corea. No hubo acuerdo. Bojan se concentró con la sub 17 en Las Rozas, donde fue tratado de su lesión en una rodilla. Y ahora, pese a la presencia de otros jugadores como Fran Mérida (Arsenal), todas las luces vuelven a enfocarle.
El Mundial espera mucho de él, al igual que de Lulinha, delantero del Corinthians pretendido en media Europa y a quien en Brasil consideran probable sucesor de Ronaldinho, que explotó en la cita de Egipto 97. Lulinha tiene regate, disparo y conduce el juego desde el puesto del 10, el número fetiche en Brasil. Recientemente, Bojan condujo a España a ganar el cetro europeo y Lulinha a Brasil el suramericano. El duelo está servido.
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