Para explicar la globalización
Cuando un defecto alcanza a 46 millones de baterías, deja de ser un defecto para convertirse en un rasgo de carácter. Si las baterías de 46 millones de teléfonos móviles de Nokia, tal como se nos ha advertido, tienen tendencia al sobrecalentamiento, es porque las baterías de esa marca tienen tendencia al sobrecalentamiento. Los saltos cualitativos, con perdón, se producen por aumento de la cantidad. Los juguetes de Mattel con pintura tóxica, en cambio, apenas llegan a los siete millones de unidades. Eso sí puede calificarse de fallo. Si habláramos, en cambio, de 20 o 25 millones, no sería arriesgado afirmar que el veneno formaba parte del proyecto.
Ahora estamos analizando las cifras de la pasta de dientes en mal estado, que en principio tampoco son muy alarmantes. Que no cunda el pánico, pues. Desde el punto de vista estadístico, es casi imposible que en un mismo hogar el padre de familia se esté cepillando los dientes con una pasta emponzoñada al tiempo que la madre habla por teléfono con un Nokia recalentado y el hijo chupa un juguete con plomo. Lo que sí sabemos es que mientras un niño juega en Alicante con un cochecito contaminado, un chino se suicida o es fusilado en Pekín. ¿Qué mejor modo de explicar la globalización a la infancia?
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