Sueño cumplido

Manuel Salguero, un jefe de grupo de 49 años, cumplió ayer uno de los sueños como bombero. Fue el encargado de bajar el cuadro de la Virgen de la Paloma y cumplir así una tradición de años. "Ha sido muy emocionante. Mi madre era muy devota de la virgen y yo le dije que algún día bajaría el cuadro. Es una pena que no haya podido verlo", afirmó emocionado tras haber recibido los aplausos de decenas de madrileños que se congregaron fieles a la cita de todos los 15 de agosto.

Eran las 14.18 cuando Manuel Salguero, vicepresidente de la Hermandad de Bomberos Virgen de la Paloma, completaba una operación que poco tiene que ver con su trabajo diario en el Parque de Santa Engracia. Acababa de poner tres llamativas cuerdas rojas alrededor del cuadro de la Virgen para asegurar su bajada.

Unos 10 minutos antes, empezó el ritual entre gritos de vivas a la Paloma y al cuerpo de bomberos. Una larga escalera gris fue desplegada ante el altar de la iglesia. El público tardó en arrancarse en aplausos, como ha ocurrido otros años. Eso sí, fue ver la figura de Salguero subir por la escala y los asistentes profirieron en gritos.

El bombero, que en breve ascenderá a sargento, subió despacio. Puso la cuerda en la polea del altar. Después, ayudado por un compañero empezó a asegurar el cuadro por las dos esquinas superiores. Al calor que había dentro de la iglesia, se sumaba la emoción del momento. Una hora de misa previa, dio paso al momento culminante. Una voz femenina rompió el silencio: "¡Viva la Virgen de la Paloma!". La ovación fue seguida a coro, incluso desde la calle, donde se agolpaba numeroso público.

El cuadro, que pesa unos 100 kilos, fue bajado poco a poco, tras retirar la escalera, entre aplausos cerrados.

"Ha sido muy emocionante. Este año he pedido bajarlo yo y mis compañeros me lo han concedido. Para nosotros es un orgullo el poder bajarlo. Es un momento de mucha responsabilidad", resumió el bombero, que lleva 21 años en el cuerpo. Está casado y tiene dos hijos. Salguero aprovechó el estar tan cerca de la Virgen para solicitarle un deseo: "Le he pedido ante todo salud. Salud para mi familia, para todo el mundo y para todos mis compañeros, sobre todo, para que estemos protegidos".

El cuadro fue expuesto y pasaron los asistentes para besarlo. Uno de ellos fue el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón. Detrás de él le tocó el turno a la portavoz del grupo municipal socialista, Pilar Gallego, que inclinó la cabeza en señal de respeto, y el resto de concejales que asistieron al acto.