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Los problemas de las infraestructuras de Cataluña

Coches y camiones siguen circulando por el puente dañado en la N-II

Colas, colapso de circulación, camioneros despistados e indignación de los alcaldes y empresarios de hostelería. Son algunas de las secuelas del corte de la carretera N-II por el peligro de hundimiento de un puente sobre el río Llobregat en Biure (Alt Empordà).

En teoría, la N-II sigue cortada en un tramo de 13,5 kilómetros entre Figueres y La Jonquera, mientras que el tráfico se desvía por la AP-7, gratuita hasta que finalicen las obras de reparación del puente. Sin embargo, en la práctica, fueron muchos los vehículos de todo tipo que ayer optaron por hacer caso omiso de las señales que anuncian el desvío y aventurarse a cruzar la infraestructura dañada.

"Todo el día han ido pasando coches, camiones y vehículos pesados", aseguró Carles Fortiana, alcalde de Hostalets de Llers. El edil no entiende que la señalización "sólo esté en catalán y castellano, cuando la vía es internacional y pasan cantidad de vehículos extranjeros, que no se enteran de nada". Por la N-II sólo está permitido el paso a los vecinos y conductores que se dirigen a los municipios de Biure, Capmany, Darnius,Boadella, Pont de Molins, Vilarnadal y Maçanet de Cabrenys.

El incumplimiento del desvío provisional por la autopista provocó durante todo el día largas colas entre Hostalets y Biure, donde la travesía del puente afectado, de 50 metros, se realiza de forma alternativa por un único carril regulado por un semáforo.

"Es un desastre, el colapso es absoluto y en todo el día no se ha visto ni a un mosso", sentenció Fortiana por la tarde, después de una visita a la zona. El alcalde ampurdanés también se mostró preocupado por la seguridad del puente ante el paso incesante de camiones de gran tonelaje.

Estado de "abandono"

El alcalde de Biure, Joan Juan, expresó ayer su malestar por el estado de "abandono" en que se encuentra la carretera N-II entre Figueres y La Jonquera. Grietas, señalización deficiente y puntos débiles como la estructura dañada del puente de Biure, que a su juicio, "viene de antes, no es culpa de las lluvias de los últimos días". Juan explicó que llevan años reclamando el desdoblamiento de la carretera.

El incidente también ha dado motivo a los empresarios de hostelería de los locales situados al pie de la N-II para quejarse. "Estamos en plena temporada y si desvían a los clientes por la autopista se acabó el negocio", explicó el propietario de un restaurante de Les Escaules.

Los trabajos de reparación del puente, afectado por un movimiento de tierras, comenzaron el lunes y aún no se sabe con exactitud cuándo estarán finalizados, aunque técnicos de Fomento apuntaron una duración de entre 10 y 15 días. El consejero de Política Territorial y Obras Públicas, Joaquim Nadal, pidió ayer a Fomento que "acelere" las obras para minimizar su repercusión y que no se alarguen más de una semana.

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