"Fue histórico bailar una pieza con música de los Rolling en Moscú"
El coreógrafo Rafael Bonachela (La Garriga, Barcelona, 1972) acaba de estrenar en Londres el musical, Carmen Jones, y ha cancelado sus vacaciones para trabajar con bailarines cubanos en La Habana.
Pregunta. ¿Qué países ha visitado con la danza?
Respuesta. Unos 20. México, Israel, Sudáfrica, Ucrania...
P. ¿Por qué vuelve a Cuba?
R. Me enamoré de la isla, del calor humano, de la mezcla de culturas, de tantos afrocaribeños hablando castellano. Y, sobre todo, porque me inspiró el talento natural de los bailarines. Cuba es una mina para un coreógrafo. Nacen con el baile y no tienen esos complejos de si la danza es cosa de niñas.
P. Habrá bailado en escenarios míticos.
R. Sí, en el teatro Mariinsky, de Moscú, me sentí protagonista de un hito histórico. Bailamos una pieza con música de los Rolling Stones ante una audiencia acostumbrada a escuchar música clásica. Y la respuesta fue muy calurosa.
P. ¿Recuerda alguna experiencia comprometida?
R. La televisión china nos censuró una coreografía porque los bailarines vestían en camiseta y pantalones color carne. Les parecía que estaban desnudos y apagaron las cámaras hasta que cambiamos de vestuario. También he tenido que hacer un juego de palabras con la pieza que llevo a Cuba este mes. Se titula Arsenal of Democracy, pero les pareció muy atrevida y lo he cambiado por Arsenal of Demon Crazy. La pieza va de un grupo de gente que quiere mejorar.
P. ¿Hay futuro para un bailarín en España?
R. Luchamos mucho por avanzar en danza contemporánea y la situación va mejorando. Pero si se tiene ambición, hay que emigrar.
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