Función doble en un complejo comercialen

Valencia se ha vuelto una ciudad más fashion desde la celebración de la Copa del América de Vela, tanto que ya soplan vientos favorables a una nueva edición en paralelo con una carrera de la fórmula 1

[programada oficialmente para el 24 de agosto de 2008]. El circuito urbano en que se desarrollará la prueba discurre frente a la raspa mesozoica de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, obra de Santiago Calatrava, y lame el macrocomplejo comercial Aqua Center, donde la cadena Confortel gestiona dos hoteles de tres y cuatro estrellas con la antena orientada hacia todo lo que se cuece en la capital del Turia.

El de superior categoría tiene ocho pisos y 184 habitaciones, mientras que el básico apenas levanta cinco plantas y 135 habitaciones de menor impacto en su diseño y equipamiento. Fachada blanca en uno y gris en el otro.

Acceder a cualquiera de ellos entraña una doble dificultad. Primera, la de sumergirse en el vientre cementífero de un enorme aparcamiento público atestado de coches y de gente en trance de shopping. Segunda, la de descifrar el meollo de salidas, escaleras, ascensores y pasarelas que finalmente desembocan en el gran vestíbulo del hotel principal. Ahí, como en las taquillas de los multicines, sigue el protocolo kafkiano del registro sin perder de vista las maletas, por si entre tanta confusión llegaran a desaparecer, que no sería el primer caso.

Ambos edificios gozan, a un año de su apertura, del buen aspecto que les confiere la modernidad del centro comercial. Arquitectura bien calculada, iluminación de aeropuerto, diseño de revista y multifuncionalidad en los espacios comunes.

En los pisos altos

El interiorismo no decepciona: paredes negras y sienas, luminarias de última generación, sillones grises o verde manzana, sillas y mesas de autor, reflectancia violeta en los techos...

Por un defecto de insonorización, las plantas inferiores filtran el barullo del vestíbulo y del centro de convenciones. Así es que conviene ser muy exigente con el nivel de la habitación elegida. Los pisos altos parecen inmunes al ruido y además ofrecen amplias vistas sobre el Oceanográfico, el Auditorio y toda la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Excelente ocasión para los admiradores del arquitecto estrella valenciano.

Consagrado ya como uno de los mejores restaurantes de la ciudad, en el último piso del hotel de cuatro estrellas, Vertical es ante todo un local para ver y ser visto. Javier Salvador dirige la cocina, volcada hacia los pescados que llegan a diario a la lonja.

Por la mañana, estas alturas darían mejor juego a la carta de desayunos, tan funcional como las instalaciones que convierten este complejo en una referencia del dormir a buen precio.