El tripartito nacionalista alavés arranca sin adelantar sus prioridades políticas
Agirre muestra su "total disposición" al diálogo y recalca la pluralidad social de Álava
Los diez integrantes (seis hombres y cuatro mujeres) del nuevo Gobierno foral alavés tomaron ayer posesión de sus cargos en un acto más simbólico que político en el que el diputado general, el peneuvista Xabier Agirre, no adelantó ni uno solo de sus proyectos para la legislatura. Aguirre se limitó a mostrar su "total disposición" al diálogo y el acuerdo con las demás fuerzas políticas y a resaltar la pluralidad, palabra que empleó hasta cinco veces en cinco minutos, de la sociedad alavesa. El tripartito nacionalista (PNV, EA y Aralar) está sostenido por 17 de los 51 junteros, por lo que necesitará negociar sus políticas con la oposición. Los diez diputados prometieron sus cargos en euskera.
Tras los 15 días en que Álava ha estado sin gobierno -entre la elección de Agirre el 26 de julio y el acto de ayer-, el nuevo diputado general hizo una mera declaración de intenciones, sin avanzar ni una línea de sus proyectos. "Iniciamos un nuevo ciclo de gobierno que basaremos en el diálogo y el acuerdo, con la apertura de las puertas a todos los grupos junteros y los distintos agentes sociales", dijo. "La sociedad alavesa quiere diálogo entre diferentes", resumió en una frase que fue el eje de su discurso. Más tarde, justificó ante los periodistas su reserva en adelantar ningún programa en el "respeto" a las Juntas Generales, donde cada diputado deberá presentar sus propuestas.
Pese al muy marcado perfil político nacionalista de su equipo, Agirre anunció que "otra forma de hacer política está llegando" a las instituciones: la política "participativa" y destacó su vocación por "impulsar la negociación permanente para alcanzar acuerdos". "Álava la tenemos que hacer entre otros", insistió. Para lograr esos pactos no citó a ningún grupo como interlocutor preferente, pero las relaciones políticas existentes y las cifras convierten al PSE (14 procuradores, los mismos que el PNV) en un referente en este terreno.
Todos los diputados de la provincia menos euskaldun de la comunidad autónoma prometieron sus cargos exclusivamente en euskera con la fórmula tradicional, en un gesto claramente político, toda vez que no todos ellos dominan la lengua.
El PNV cuenta con siete representantes: Claudio Rodríguez (Administración Foral), José Luis Cimiano (Hacienda), Covadonga Solaguren (Política Social y Servicios Sociales), Estefanía Beltrán de Heredia (Agricultura), Alfredo de Miguel (Administración Local), Arantza Zenarruzabeitia (Innovación y Promoción Económica) y Luis Zarrabeitia (Obras Públicas y Transportes). EA tiene dos representantes (Mikel Mintegi en Medio Ambiente y Lorena López de Lacalle en Cultura, Euskera y Deportes) y Aralar (Javier Aspuru en Juventud y Promoción Social) completa la lista. Al acto asistieron, entre otros, la vicelehendakari, Idoia Zenarruzabeitia, cuya hermana es una de las diputadas; el consejero de Justicia, Joseba Azkarraga, y el delegado del Gobierno, Paulino Luesma, quien recalcó la intención del Ejecutivo central de aumentar la colaboración con el foral.
Represión franquista
El nuevo equipo mantuvo ayer mismo su primer Consejo de Diputados y la decisión con que pone en marcha su mandato fue ordenar el cumplimiento de la moción sobre la recuperación de la memoria histórica que las Juntas Generales aprobaron en septiembre de 2006 y que el anterior Ejecutivo que encabezaba el popular Ramón Rabanera había ignorado en su mayor parte. Aquella moción instaba a la Diputación a encargar al Instituto Valentín de Foronda que realice un estudio, que luego publicará la propia institución foral sobre la represión franquista en Álava.
También se requería la colaboración de la Sociedad de Ciencias Aranzadi en la búsqueda y recuperación de los restos de los alaveses fusilados durante la guerra civil y la posguerra.
El Consejo de Gobierno aprobó igualmente convocar un concurso de ideas para erigir un monolito en la céntrica Plaza de la Provincia en homenaje a los represaliados por la dictadura franquista, otro de los aspectos de dicha moción.
La reunión del equipo de gobierno sirvió también para destituir a los directores de todos los departamentos y nombrar a los principales cargos de confianza del diputado general. El jefe de gabinete de Agirre será Juan Carlos Peral, diputado de Hacienda en el último ejecutivo nacionalista, hace ocho años. Rabanera le rescató como alto funcionario cuando llegó a la Diputación, puesto del que Peral dimitió cuando perdió las elecciones internas a la presidencia de la Caja Vital, a las que presentó en 2000 como candidato avalado por el PNV frente a Pascual Jover, respaldado por populares y socialistas.
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