Explotación urbanística
Me gustaría denunciar un nuevo caso de explotación urbanística en el Pirineo catalán: el de Bonestarre, un pueblo de la Vall de Cardós -Pallars Sobirà- de 13 casas y cinco habitantes en invierno, llegando a los 40 en verano por una segunda residencia que se ha ubicado en las viejas casas del mismo. Si nada consigue pararlo, en ese mismo pueblo se construirán 13 edificios nuevos, con un total de 57 apartamentos. Pongamos tres personas por apartamento: 171. Los números hablan por sí solos.
En el pueblo vecino, donde se construirán 40 apartamentos nuevos, el año pasado tuvieron que llevarles el agua en cubas, porque en verano se secó la fuente que se la proporciona. El turismo en la zona cada verano es menor; en invierno este año apenas nevó y no hubo esquiadores. El pueblo no tiene horno de pan, ni bar, la farmacia más cercana está a media hora en coche, el primer hospital a más de una hora. No hay servicios, ni agua, y es posible que falte electricidad cuando estén todos los edificios ocupados.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.