El Barça se topa en Hong Kong con un tifón

"En Hong Kong hay una tormenta tropical", avisó el comandante de la compañía austriaca en la que viaja el Barça, mientras el pasaje aguzaba el oído justo antes de despegar de Tokio. La expedición azulgrana partió ayer de Japón camino de la ciudad china, su última escala de la gira asiática, mirando de reojo por la ventanilla. Las azafatas tranquilizaron a los pasajeros asegurando que el tifón era de poca intensidad y que era un fenómeno bastante común en la regiçon y aseguraron que el aparato tenía previsto variar de rumbo en caso de que se topara con el temporal. Pero el aterrizaje fue tranquilo y el primer aviso ya llegó en tierra. Pasadas las 17.00 horas, apareció el viento y se hizo la noche en Hong Kong. Luego amainó pero se esperaba que la cola del Pabuk, nombre del tifón irrumpiera esta pasada madrugada.

"Estamos acostumbrados a los tifones como los japoneses a los terremotos. Hay de cuatro a cinco al año y suelen producirse a partir de junio. Y este es muy flojo", explicaba Alejandro Cheung, uno de los guías del Barça. Los azulgrana, que juega mañana un amistoso con un combinado de dos clubes de Hong Kong, se ha tomado el temporal con curiosidad y buen humor, entre otras cosas porque que el tifón está catalogado con una intensidad de grado uno en una escala de diez aunque está decretado el estado de emergencia en previsión de los daños que pueda realizar el fuerte vendaval. Los hoteles informaban de la evolución del fenómeno a través de paneles: anoche viajaba, procedente de Taiwán, a unos 100 kilómetros por hora y su cola alcanzaba Hong Kong. La velocidad interior del torbellino era de 150 k/h. Todo apuntaba que mañana se dirige a Vietnam.

Pese a todo, el técnico Frank Rikjaard, tras aclararse el día, dirigió por la tarde un ensayo vespertino en el futurista estadio de la ciudad ante unos 4.000 espectadores. Nos han dicho que dentro de dos días habrá amainado", dijo en el césped el presidente Laporta discrepando de quienes conocen bien los tifones que afirman que les siguen tres o cuatro días de tormenta. Los jugadores pudieron entrenarse hora y media hasta que la fiesta para los hinchas, que lamentaban cualquier fallo de los porteros, se acabó porque sobrevino la tormenta. Los organizadores empezaron a repartir chubasqueros y los jugadores corrieron a los vestuarios al sobrevenir la fuerte lluvia. Tras la humedad de China y el calor sofocante de Japón -Oleguer y Thuram tuvieron que retirarse del ensayo-, algunos agradecieron el agua.

Servir al club

La gira está llena de sobresaltos: jet-lag, cansancio, partidos a alta temperatura y ahora un tifón y, sobre todo, unas lluvias que amenazan el amistoso. "No es la situación ideal pero estamos para servir al club", dijo Rijkaard en la presentación del encuentro junto a una pareja que pocas veces se ve junta en rueda de prensa: Eto'o y Ronaldinho. El camerunés dijo que va camino de recuperar las viejas sensaciones que tenía antes de su lesión y defendió a Henry a quien casi todavía no se ha visto: "Es un amigo y un placer contar con él".