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Un año de averías, huelgas y atascos

Una tormenta y dos averías causan un nuevo colapso en los trenes de Barcelona

Las tormentas de ayer, combinadas con dos averías (una en el suministro eléctrico y otra relacionada con las obras del AVE) provocaron un nuevo colapso en los servicios ferroviarios de Barcelona y su entorno, que empezó a las 5.20 y se prolongó hasta mediodía. Los problemas afectaron a 120 trenes de Cercanías, 40 de media distancia y 22 de larga distancia. Un total de 33.100 pasajeros sufrieron las consecuencias de los percances, según fuentes de Renfe. El presidente de Adif, Antonio González Marín, se desplazó a Barcelona para pedir excusas por el nuevo incidente y explicar los motivos por los que se produjo.

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González Marín aseguró que el diseño del trazado del AVE entre El Prat y Sants (estación que está siendo adaptada para la llegada del tren de alta velocidad) es "posiblemente el peor de todos los posibles". Hace coincidir los trabajos con el servicio de 1.000 trenes diarios de Cercanías. El resultado es la interferencia constante. Ayer mismo, una de las averías se debió a que una máquina de Dragados que trabaja en las obras del AVE provocó una rotura en un cambio de agujas. Eran las 5.20 de la mañana y el incidente afectó a los trenes de la línea 4 de Cercanías, que no pudieron entrar ni salir de la estación. La avería no quedó reparada hasta pasadas las 9.30.

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El resto de causas no tiene ya que ver con las obras. González Marín lo atribuyó al "azar" y "la mala suerte". Ayer, la tormenta que cayó sobre el litoral catalán fue relativamente benigna. Los bomberos sólo tuvieron que hacer 12 salidas, frente a las más de 150 de temporales serios, y el número de semáforos averiados en Barcelona fue de ocho. Todos los males se cebaron en Renfe, sobre cuyas vías cayeron tres rayos.

Rotura de catenarias

El primero impactó a las 5.45 horas cerca de la estación de Cerdanyola Universitat, rompió la catenaria y dejó sin servicio a la línea 7 de Cercanías. Los trenes fueron suplidos por autocares. La avería se prolongó hasta las 8.50 horas. El segundo, en Viladecans, y afectó a la línea 2 sur, la más castigada por los percances, y afectó también a la catenaria. En este caso, quedó una vía libre, pero los retrasos fueron importantes. También quedó sin servicio la línea 10, que va desde Barcelona al aeropuerto.

Un tercer rayo rompió el hilo de contacto de la catenaria ente Granollers y Cardedeu. Eran las 6.00 y tuvo mayores consecuencias, porque coincidió con la avería de un tren de mercancías casi a la misma altura. Las dos vías quedaron cortadas, dejando sin servicio a la línea 2 norte y a los trenes de larga distancia que unen Barcelona con Girona y Figueres, junto a la frontera.

Endesa también dejó sin suministro a una zona de Barcelona, lo que afectó a la circulación de trenes por paseo de Gràcia (uno de los dos túneles que cruzan Barcelona) entre las 5.55 y las 7.15 horas.

Renfe y Adif habilitaron 54 autobuses y potenciaron los mecanismos de información. No obstante, sus responsables no dejaban de lamentarse por las desgracias. El director de Cercanías de Barcelona, Miguel Ángel Remacha, aseguró que la paciencia reclamada a los usuarios por la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, "está prácticamente agotada".

La situación ha alcanzado tal desbarajuste que ayer los socialistas catalanes, por primera vez, admitieron su descontento con el funcionamiento de las infraestructuras en Cataluña. Fue un tímido reconocimiento el que realizó el secretario de organización del PSC, José Zaragoza, quien achacó las deficiencias a la escasa inversión de los anteriores gobiernos de PP y CiU. Sus socios en la Generalitat, Esquerra Republicana e Iniciativa per Catalunya, se mostraron irritados por la visita del martes a Barcelona de Magdalena Álvarez. Más contundente fue el consejero de Política Territorial, Joaquim Nadal, que sostuvo la necesidad de que se produzca un cambio serio en Cercanías. Ayer, González Marín aseguró que ni él ni el responsable de Cercanías en Cataluña habían presentado la dimisión, pese al desánimo manifiesto.

Reprobación en el Congreso

El viaje de la ministra a Barcelona fue calificado ayer por ERC como decepcionante. Su portavoz, Marina Llansana, proclamó que a los catalanes se les ha acabado la paciencia y "ya no pueden aguantar más". Rechazó que el aeropuerto de El Prat funcione correctamente y exigió que el martes, en su comparecencia en el Congreso, la ministra dé explicaciones oportunas o, de lo contrario, exigirán su dimisión. El ecosocialista Joan Herrera ya no esperó y exigió su cese inmediato. "La visita relámpago demuestra que está tomando el pelo de los catalanes", remachó.

Convergència i Unió, al tiempo, exigió la colaboración del resto de formaciones catalanas para reprobar a la ministra el martes en la Comisión de Fomento. Para el portavoz adjunto en el Congreso, Jordi Jané, la máxima responsable de Fomento "no puede venir a Cataluña con una actitud de prepotencia y menos aún afirmar que el aeropuerto de Barcelona es uno de los mejores de Europa, porque esto es burlarse de los usuarios que hacen colas".

Desde Buenos Aires, la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, reafirmó el compromiso de su Gobierno con la mejora de las infraestructuras en Cataluña, que prometió acelerar. Por ese motivo expresó su sorpresa porque se critique que los ciudadanos sufran molestias, informa Vera Gutiérrez Calvo.

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