El Ejército también investigó en Ceuta a líderes políticos musulmanes

La Unidad de Inteligencia de la Comandancia General de Ceuta no sólo investigó a los sindicatos UGT y CC OO. Entre 2003 y 2004 también espió a los partidos ceutíes liderados por musulmanes. Esto es lo que ha publicado el diario local El Faro, que reproduce documentos que ponen de relieve el interés que al Ejército le suscitó, por ejemplo, el actual líder de la oposición en la Asamblea local, el presidente de la Unión Democrática Ceutí (Udce), Mohamed Alí, un abogado de 32 años que ha conseguido, coligado con IU, cuatro escaños en las últimas municipales.

En una nota de 25 de febrero de 2004, cuando la Udce ya tenía representación en la Asamblea de Ceuta, se subrayan, por ejemplo, los vínculos de Ali con el ex presidente melillense Mustafa Aberchán. De Alí destaca que era vicepresidente de una asociación vecinal y creó su partido "como respuesta a un periodo de inestabilidad social en una ciudad con muchas desigualdades y con una deficitaria política social".

"Espiar a un político en democracia es una conducta gravísima", decía ayer el aludido, que tiene previsto contactar esta semana con Comisiones Obreras, sindicato que ha llevado a los tribunales al ex comandante general Luis Gómez Hortigüela, con quien tiene pendiente un acto de conciliación por el caso de espionaje. Pero Alí no fue el único investigado. La Segunda Sección de la Comandancia General también se fijó en IU, especialmente en su actual coordinador en Ceuta, Mohamed Haddu Musa, hoy diputado de la Asamblea.

Inscrita en el registro civil

Otro de los espiados fue el dermatólogo Abdelhakim Abdeselam, hermano de una ex dirigente del PP ceutí condenada por un delito de falsificación y cohecho, y que también ha sido diputado de la Asamblea, así como consejero de Bienestar Social. De Abdeselam incluso se hace una relación exhaustiva de sus vínculos familiares y se destaca que una de sus hermanas estuviera inscrita en el registro de parejas de hecho con un alférez de la Guardia Civil.

El espionaje militar a civiles en Ceuta se conoció a finales de enero, cuando el jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra, general Carlos Villar, ordenó la inmediata destitución del teniente coronel del servicio de inteligencia de la Comandancia General, José María Albarracín, tras revelarse la existencia de informes sobre sindicalistas y miembros de la asociación de vecinos de El Morro.

La investigación del juez togado militar fue archivada el 20 de junio, al no ver éste indicios de delito por parte de los oficiales al mando de la Unidad de Inteligencia, y se devolvieron 800 folios al Gobierno Militar ceutí, zanjando que los informes sobre sindicalistas se hicieron para aclarar un incidente en el puerto con un soldado que afirmaba pertenecer a Comisiones Obreras.

Paralelamente, existen otras diligencias abiertas por un juzgado de instrucción ceutí y que siguen su curso.