El líder del PSN intenta convencer a su grupo para que facilite la investidura de Sanz
El jefe de Gobierno saliente comunica mañana su candidatura a la presidenta del Parlamento
El calvario del PSN continúa. El siguiente mal trago que su candidato a la presidencia de Navarra, Fernando Puras, y el secretario general, Carlos Chivite, tendrán que atravesar será enfrentarse hoy a la ejecutiva regional y al grupo parlamentario para convencerles de que deben acatar las órdenes de la ejecutiva federal de facilitar la investidura del candidato de UPN, Miguel Sanz, renunciando a pactar con NaBai. Sanz, actual presidente en funciones, comunicará mañana a la presidenta del Parlamento Foral, la socialista Elena Torres, que ya cuenta con apoyos suficientes para ser reelegido presidente de Navarra.
El desánimo reina en las filas del grupo parlamentario socialista después de ver cómo Madrid ha impuesto sus galones para desautorizar el posible pacto con la coalición nacionalista Nafarroa Bai e IU, que hubiera convertido a Puras en presidente regional. El cabeza de lista de los socialistas y su secretario general, Carlos Chivite, calibrarán hoy el efecto que la orden de Ferraz ha tenido entre los miembros de la dirección regional del PSN y de su grupo parlamentario así como la disposición de éste a cumplirlas.
En dos reuniones que se prevén especialmente tensas, Puras y Chivite harán un último esfuerzo para superar el abatimiento general de sus compañeros, a los que intentarán convencer de que acaten la decisión de la ejecutiva federal de entregar el Gobierno a UPN facilitando la investidura a su candidato, Miguel Sanz. En los últimos cuatro años, los socialistas han aguantado duros ataques de Sanz, que les acusó abiertamente de querer "vender Navarra" a Euskadi como precio del proceso de negociación fallido con ETA.
"Haré un llamamiento general a la responsabilidad porque los miembros del grupo pertenecen a una organización que quiere ganar la liga nacional aunque tenga que perder la regional", explicó ayer Chivite a este periódico. El secretario general recordará a sus compañeros de filas que otras federaciones socialistas, como la de la Comunidad Valenciana o la de Murcia, han tenido que aceptar decisiones de la dirección del PSOE muy impopulares en sus respectivos territorios, como fue la derogación del trasvase del Ebro aprobado por el último Gobierno de Aznar.
Si se cumplen las previsiones, Miguel Sanz comunicará mañana a la presidenta del Parlamento, la socialista Elena Torres, que cuenta con apoyos suficientes para ser reelegido presidente del Gobierno navarro. Torres convocará inmediatamente la sesión de investidura. El objetivo es que el proceso de reelección del candidato de UPN termine el próximo viernes.
Los socialistas confían en que la disciplina de grupo se mantendrá, aunque fuentes de la dirección del partido admiten que la situación es delicada. Su voto será contrario a Sanz en la primera votación (la que requiere mayoría absoluta de los parlamentarios), mientras que en la segunda (en la que basta mayoría simple) se abstendrán como exige Ferraz, consumando la entrega del Gobierno a UPN.
Chivite descartó ayer que él o Puras vayan a dimitir como resultado de la crisis. Su intención es permanecer en su cargo hasta el próximo congreso del PSN, que se celebrará el año que viene.
Así las cosas, las dos formaciones que conformaron el Gobierno anterior, UPN y Convergencia de los Demócratas Navarros (CDN) comenzarán hoy sus contactos para formar nuevo Ejecutivo. El presidente de esta última formación y ex presidente navarro, Juan Cruz Alli, que aspira a contar con dos consejerías (su formación sólo ha obtenido dos diputados), aseguró ayer a Efe que planteará a Sanz un programa conjunto "que esté en condiciones de ser una oferta en sí misma a la colaboración activa del PSN".
Si el pacto entre ambas formaciones prospera, el nuevo Gobierno contará con el apoyo de 24 de los 50 miembros del Parlamento foral, por lo que el apoyo de la oposición "será imprescindible en las grandes decisiones como los presupuestos anuales, planes de actuación del Gobierno y las leyes más importantes", según Allí. El presidente de CDN considera que esos asuntos habrá que "negociarlos con alguien y tiene que ser con el PSN porque es el partido que comparte el modelo institucional" con UPN y CDN.
La situación "convierte el diálogo en un elemento imprescindible y además muy positivo", añadió Allí. "El PSN, una vez que supere las tensiones que ha vivido, debe afrontar cuatro años de legislatura con la idea de garantizar la estabilidad institucional, que es el criterio del PSOE", concluyó.
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