Trámite en Pekín

O el calor, o la alta humedad, o el cansancio o el jet-lag. Frank Rijkaard, técnico del Barça, citó todas esas razones para justificar el deslucido partido de su equipo en Pekín. El holandés fue tan sincero que reconoció que lo mejor fue el resultado y, raro en él, nombró a un jugador: Giovani dos Santos. El joven delantero mexicano volvió a marcar en un amistoso (lo hizo en Escocia) con un precioso chut al primer toque que rompió el partido. Su juego sencillo, vertical y lúcido eclipsó a las otras estrellas que siguen sin aparecer: ni Henry ni Eto'o, juntos en el equipo titular por primera vez, vieron puerta. Pero alguien está por encima de todo eso: Ronaldinho, que se había lastimado el tobillo el sábado, jugó sólo la segunda parte en lugar de Henry y necesitó menos de 15 minutos para marcar un gol de falta.

Pekín celebró el partido con una pancarta llevada por los dos equipos saludando el año olímpico -"podemos conseguir que los Juegos sean un éxito", rezaba- y con la constatación de que el fútbol azulgrana, a diferencia de lo que sucedía con el Madrid de los galácticos y, sobre todo, de Beckham, no provoca pasiones desorbitadas. Y más en la afición del Gouang, con una relación de colaboración con el Madrid desde la época de Florentino Pérez. Los precios, además, eran desorbitados. El campo no se llenó -unas 10.000 plazas quedaron libres- y los aficionados celebraron con alborozo el momento en que Ronaldinho salió a calentar. La gente agradeció un par de detalles: una de sus asistencias de otro mundo, el pase que le dio a Iniesta, que supuso el 0-2, y el gol que le confirma como el goleador del Barça de esta pretemporada (lleva 3 tantos) seguido de Giovani (2).

Con una alineación similar a la de Escocia, el Barça desplegó un fútbol sin chispa y falto de frescura ante el Gouang, liderado el año pasado por Xavier Azkargorta en la dirección técnica. El Barça, con el centro del campo formado por Toure Yaya, Iniesta y Xavi, encantados estos útlimos con la seguridad que les da el marfileño, tuvo el balón y vio suyo el partido con el gol de Giovani. Pero no pudo cerrarlo porque no estuvo fino ante puerta: Henry sigue lejos de su mejor forma -falló tres ocasiones claras- lo mismo que Eto'o, ya sea porque es pretemporada o porque su rodilla no se ha recuperado del todo. Aún así, el camreunés dio el pase del segundo gol y envió un balón al palo. El Gouang se fue animando y acarició el empate, pero Olazábal, el joven tercer portero debutante, de 17 años, lo evitó. Ante esa situación, el Barça intentó no perder la concentración en defensa hasta que dos gestos de un Ronaldinho bajo mínimos bastaron para noquear a los chinos: primero inició la jugada del segundo gol de Iniesta y luego provocó la falta del gol.