La noche fratricida de McLaren
La sanción a Alonso, "sin fundamento legal" según Joaquín Verdegay, comisario de la FIA, desborda las luchas internas en la escudería británica
La situación en el Gran Premio de Hungría fue muy confusa desde que la Federación Internacional del Automóvil (FIA) anunció el sábado que iba a intervenir de oficio para estudiar los hechos que se produjeron entre Fernando Alonso y Lewis Hamilton al final de la tercera tanda de la cronometrada. Nadie esperaba una reacción similar. Todo el mundo estaba convencido de que, a lo máximo, aquello era un asunto interno del equipo McLaren Mercedes. Pero... no. Alertados por el padre de Hamilton, Anthony, los comisarios intervinieron. Y, tras lanzar dos comunicados previos en los que anunciaban que no habría cambios en la parrilla de salida, alrededor de las doce de la noche dieron su veredicto final: Alonso perdía cinco posiciones en el arranque y McLaren no obtendría punto alguno.
... y los jueces tuvieron que cortarla: "Eso es asunto vuestro. Ya lo resolveréis en casa"
Dennis, el patrón, y Hamilton, su protegido, se enzarzaron en una agria discusión...
"Increíble", exclamó ayer antes de la carrera Alonso; "no estoy de acuerdo en absoluto". En todas sus afirmaciones encontró el apoyo de un prestigioso jurista español que es, además, comisario técnico de la propia FIA, Joaquín Verdegay. "En la sentencia no hay ningún elemento legal que justifique la sanción a Alonso", corroboró Verdegay; "no se apoya en ningún reglamento. Podían sancionar a McLaren si creyeron que su conducta iba contra el deporte y la imagen de la fórmula 1. Pero no a Alonso. Y la prueba es que en la sentencia no aparece que fuese violada ninguna regla". McLaren, que apeló por la pérdida de sus puntos -no podía hacerlo por la pérdida de posiciones de Alonso en la parrilla-, protestó también. "No entendemos la relevancia que tenía el hecho de que el equipo retuviera 20 segundos a Alonso en su pit-stop. Ni aceptamos que esos 20 segundos impidieran a Hamilton hacer su vuelta rápida", alegaron en un comunicado. Y agregaron que esta decisión "menoscaba los esfuerzos que realiza el equipo para mantener el espíritu de juego limpio e igualdad entre los dos pilotos" que lo forman.
Lo que los comisarios sancionaron fue que Alonso había estado alrededor de 30 segundos en su box para realizar su último cambio de neumáticos mientras Hamilton estaba esperando para cambiar los suyos y hacer su último intento. Era el final de la tercera tanda de la cronometrada. Alonso pasó por los pelos la línea de meta para iniciar su vuelta rápida. Pero Hamilton se quedó fuera por tres segundos. En las conclusiones de los comisarios se especifica con claridad que Hamilton no siguió las órdenes de su equipo porque debía salir detrás de Alonso en la última tanda de la cronometrada y no lo hizo ni tampoco permitió que el español le adelantara. La sanción a Alonso se produjo porque, tras los 20 segundos invertidos por el equipo en el pit-stop, él consumió otros 10 antes de salir. "Le preguntamos por qué", indica la sentencia, "y respondió que estaba preguntando por qué le habían colocado neumáticos duros usados y no nuevos. Cuando le comentamos por qué no habló de ello durante los 20 segundos anteriores, respondió que no había podido porque estaba ya en la cuenta atrás".
La sentencia considera además que los 20 segundos invertidos por el equipo eran injustificables porque sólo quedaban cuatro coches en la pista, o sea que apenas había tráfico. "El tiempo invertido no era necesario y eso perjudicó a otro piloto, Hamilton. Por tanto, es sancionado con la pérdida de cinco puestos en la parrilla", concluye la nota de la FIA, que cierra aduciendo que la conducta de McLaren es considerada también perjudicial para los intereses de la competición y del deporte en general y que por eso no puntuaría en Hungría. Ni una sola referencia a ningún artículo del Código Deportivo.
Durante la reunión con los comisarios, Dennis y Hamilton se enzarzaron en una agria discusión hasta el extremo de que los propios comisarios debieron cortarla. "Eso es asunto vuestro. Ya lo resolveréis en casa", les dijeron. Hamilton mantuvo su postura de que él hizo lo que debía. Salió por delante de Alonso y no dejó que le adelantara porque eso podía provocar que también Kimi Raikkonen (Ferrari) le pasara, según argumentó. Dennis estaba fuera de sí. Pero los comisarios no se inmutaron. Escucharon a todas las partes y luego dictaron sentencia.
"¿Por qué todo esto?", se preguntaba ayer Alonso; "lo que ocurre en el pit-lane es un asunto interno del equipo. Si me entra una mosca en el casco, es el lugar donde me la puedo quitar; si tengo que rascarme la nariz, también. No comprendo que puedan sancionarme por invertir demasiado tiempo allí". El español explicó que se sintió contrariado cuando vio que le colocaban neumáticos usados para realizar su último intento. "Pregunté y me dijeron que tenían sólo una vuelta y que podía hacer la pole. Pero que me diera prisa porque no quedaba tiempo". Insinuó que el juego nuevo de neumáticos no pudo ser usado porque alguien del equipo había cambiado las presiones. "No es la primera vez que me ocurre", indicó.
La conclusión fue que Hamilton se encontró con una pole que no se había ganado y que Alonso tuvo que salir el sexto. La medida tuvo a dos grandes beneficiarios: Hamilton y Ferrari. Pero, aunque no lo reconozca, Alonso podría sacar también provecho de este feo asunto. "La postura de Dennis fue correcta ayer", tuvo que admitir el asturiano. Tal vez, a partir de ahora cambien las cosas para Hamilton y él en el seno de la escudería británica.
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