Aguardando a Ronaldinho

Pasó en Monterrey, en Nueva York y ahora en Pekín. Ronaldinho es el rostro indiscutible del Barça. Quizá pueda haber alguna aficionada china apostada en el hotel con una pancarta de Titi Henry pero el gaúcho sigue siendo el rey. Y la plantilla está segura de que el brasileño volverá a explotar esta temporada. "Necesitamos a Roni porque creemos y seguimos pensando que es el mejor del mundo y lo va a volver a demostrar", proclamó Xavi tras un ensayo bajo un calor sofocante. La ciudad espera ansiosa el amistoso entre el Beijing Gozan y los azulgrana (12.00, hora española, TVE1) con ilusión porque lo afronta como la subida de telón del año olímpico. Pero anoche se fue a dormir con una decepción: Ronaldinho sufrió en el entrenamiento, tras un encontronazo con Jorquera, un esguince leve en el tobillo derecho y es duda.

El cuarteto se hace esperar: Messi sigue de vacaciones y falta tiempo aún ver jugar al argentino junto a Ronaldinho, Eto'o y Henry. La idea era ver por primera vez a los tres últimos juntos en Asia, aunque Frank Rijkaard dijo que no pensaba hoy alinearlos a la vez. El vestuario es consciente del enorme rol del brasileño. Y desde el club se recuerda que su rendimiento, pese a lucir menos la pasada temporada, fue indiscutible: 24 goles y el mejor pasador.

"Ronaldinho está más motivado que nunca. Está trabajando bien y muy a gusto. Aún le quedan tres semanas para poder estar en buena forma", explicaba ayer Paco Seirul.lo, el preparador físico, recordando la diferencia con que el gaúcho afronta este curso respecto al pasado, cuando jugó el Mundial, tuvo pocas vacaciones y jugó en la gira norteamericana sin tiempo de entrenarse. Las cosas han cambiado: entonces llegó agotado a Mexico, pidiendo una mejora de contrato, coqueteando con el Milan y con una agenda repleta. Ahora es distinto. De hecho, el club le eximió de ir a una cena benéfica para niños discapacitados.

Defensor a ultranza de Ronaldinho, Rijkaard fue a la cena junto a Xavi -el tercer capitán- y Eto'o, que sustituyó a Ronaldinho por petición de Joan Laporta. Al camerunés se le vio feliz en el escenario: dio toques a un balón junto a un chico sin brazos y no cesó de hacer reverencias con la cabeza. "Sólo nos comprometimos a llevar a un capitán y Roni no puede ir a todo", le exculpó el directivo Albert Perrín. "La organización tiene que entenderlo", añadió el vicepresidente Marc Ingla. El club tiene un caché por partido de dos millones y sufre una ligera penalización (unos 16.000 euros) si reserva a algún crack. Como será hoy el caso de Deco, que voló a Brasil tras nacer su cuarto hijo.

Consciente de su atracción en los estadios, Ronaldinho pocas veces tiene un no para nadie: se hincha a firmar autógrafos cuando sus compañeros están en el vestuario. Y los fichajes le alaban. El francés Abidal, por ejemplo: "Siempre está de buen humor. Habla francés y me ayuda a integrarme", declaró. "Yo le veo bien. Pero es que siempre le he visto bien. Es feliz con un balón. Está muy mentalizado de que este año es importante para él y para el grupo", abundó Xavi. Y Ezquerro, con gesto de pesar -sabe que tiene sus días contados en el Barça y ha pedido que se facilite su traspaso al Athletic-, suspiró y dijo: "Siempre está bien. Puede estar más o menos acertado pero contagia muchas cosas buenas. Lo importante no es él: lo es que el equipo esté con ganas y nos contagiemos todos".