Un atasco de hasta 75 kilómetros obliga a levantar los peajes de Tarragona
La medida, adoptada por el Servicio Catalán de Tráfico y Acesa, no tiene precedentes
Las espectaculares retenciones, de hasta 75 kilómetros, registradas ayer en la autopista AP-7 entre los peajes de Martorell (Barcelona) y Tarragona, obligaron ayer al Gobierno catalán a adoptar una medida excepcional e inédita: abrir las barreras de los peajes de El Vendrell y Tarragona. La concesionaria Acesa explicó que el colapso circulatorio se debió a la confluencia de tres factores: la operación salida de verano, la coincidencia en fin de semana y "los problemas de movilidad ferroviaria en Barcelona". Los peajes volvieron a cerrarse a las 19.45, aunque continuaban las retenciones.
La histórica medida se acordó a las 13.45 horas, después de que, a lo largo de toda la mañana, las enormes retenciones colapsaran el tráfico entre los peajes de Martorell y Tarragona. Los momentos más caóticos se vivieron entre las 13.47 y las 14.47 horas, cuando las colas de vehículos parados llegaron a tener 75 kilómetros, según datos de la concesionaria Acesa. La situación comenzó a mejorar pasadas las 16.30, cuando el atasco se redujo a 29 kilómetros. A las 19.45 aún había retenciones de hasta 25 kilómetros. Sin embargo, a esta hora los peajes volvieron a cerrarse, ya que un atasco de estas proporciones es considerado normal.
Recorrer los 100 kilómetros que separan Barcelona de Tarragona -un tramo en el que habitualmente se emplea poco más de una hora- costó ayer, en algunos momentos del día, hasta cinco horas. El propio Servicio Catalán de Tráfico (SCT) reconoció que la operación salida de ayer fue "atípica", en cuanto al colapso circulatorio se refiere. Portavoces de Acesa admitieron que no recordaban una situación así "en los últimos 10 años". Como factores explicativos, apuntaron la confluencia de la operación salida de verano, el hecho de ser fin de semana y "los problemas de movilidad ferroviaria" en el área de Barcelona. Acesa señaló que el levantamiento puntual de las barreras de los peajes "no ha podido compensar la gran intensidad de afluencia de vehículos, que ha continuado en niveles muy elevados. Por tanto, los niveles de tráfico se han mantenido en niveles cercanos a la saturación". El SCT y la concesionaria anunciaron que analizarán los efectos de la medida sobre la regulación del tráfico.
El colapso circulatorio puso a prueba la paciencia de los conductores. La actitud general de los automovilistas fue una mezcla de indignación y obligada resignación. Se quejaban de que, ante una situación que se repite cada año, las autoridades y la concesionaria no decidieran levantar las barreras hasta casi las dos de la tarde, cuando las retenciones ya eran kilométricas y llevaban casi siete horas produciéndose.
Uno de los conductores en vivir ayer una larga jornada fue Sylvie Thibaut, una francesa que, junto a su marido y sus dos hijos, de 12 y 8 años, se vio atrapada en la ratonera en la que se convirtió la AP-7. La familia iba a pasar unos días de vacaciones en un chalet alquilado en Mont-roig del Camp, y tardó tres horas en cubrir los 70 kilómetros que distan entre los peajes de El Vendrell y L'Hospitalet de l'Infant. "Es vergonzoso que no nos den más alternativas que quedarnos aquí parados", se quejaba Sylvie. Y es que la otra opción que tenían los conductores tampoco les libró de los atascos: la carretera N-340 sufrió colas de hasta nueve kilómetros en dirección a Valencia.
Reacciones
Los agentes políticos y económicos de la zona, que llevan años denunciando el déficit en infraestructuras viarias que sufre la provincia, volvieron a reaccionar con dureza, aunque coincidieron en valorar el levantamiento de barreras. El presidente de la Cámara de Comercio de Tarragona, Albert Abelló, pidió la creación de un protocolo para que, ante este tipo de situaciones, la gratuidad de los peajes sea "automática y no excepcional, como ha sido el caso". En la misma línea, el alcalde accidental de Tarragona, Sergi de los Ríos (ERC), recordó que existe un acuerdo aprobado por todos los grupos municipales de la ciudad para instar al Grupo de Trabajo de Reordenación de Peajes a tomar medidas, y reclamó que los Presupuestos Generales del Estado incluyan una partida para eliminar o rebajar alguno de los peajes más problemáticos de la AP-7 en Tarragona. EUiA, por su parte, reclamó que los peajes vuelvan a abrirse para la operación retorno.
Acesa adjudicó el pasado 30 de julio las obras de construcción del tercer carril en el tramo sur de la AP-7, entre el enlace de esta autopista con la AP-2 y los municipios de Vila-seca y Salou (Tarragonès), cuya construcción se iniciará el próximo mes de septiembre.
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