Azkuna achaca a un "error humano" el incendio en Bilbao La Vieja
El Ayuntamiento alojará a los vecinos hasta que se rehabiliten sus pisos
"Un error humano, como casi siempre". Con esta frase resumió ayer el alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, el probable origen del incendio que afectó seriamente el pasado miércoles a dos edificios de la calle Dos de Mayo de la capital vizcaína. Un vecino que vivía de alquiler "en una buhardilla de poco más de 10 metros cuadrados", junto a otras dos personas, según los vecinos, causó al parecer con la colilla de un cigarrillo un siniestro que ha dejado sin hogar a un total de 23 familias de la zona más degradada de Bilbao.
Desde las nueve de la mañana de ayer, los vecinos afectados por el incendio fueron acudiendo a la oficina para la rehabilitación de Bilbao La Vieja, sita en la cercana calle San Francisco, que el Ayuntamiento puso a su disposición para informarse. Poco sacaron de allí, explicaron, salvo que de los daños han de hacerse cargo los seguros privados. El papel del consistorio se limita a realojar a las familias hasta que puedan regresar a sus casas. Varios de ellos pasaron la noche del miércoles en el albergue de Elejabarri; otros, en el hotel Arriaga del Casco Viejo, y muchos más, en domicilios de familiares.
Azkuna recalcó que la corporación no va a dejar "en la calle" a los afectados por el incendio que, según las investigaciones de la Ertzaintza, fue fortuito y se debió a "un error humano". La ley obliga al consistorio a realojar a los afectados sólo durante tres días, pero Azkuna aseguró que se dará "continuidad" a esa ayuda, ya que es lejana la posibilidad de que puedan volver en ese plazo a sus viviendas. El primer edil precisó que en el número 14 de Dos de Mayo dos pisos se encuentran "muy afectados" y en ellos que "no se podrá vivir". Apuntó que en ese distrito no es donde más incendios se producen, sino en el céntrico de Abando.
El subdirector local de Protección Civil, Pedro Izaga, indicó que en los edificios de estructura de madera, como son la mayoría en Bilbao La Vieja, existe el peligro de "reignificación" e incidió en la necesidad de instalar sistemas de detección de incendios.
Dos policías custodiaban ayer ambos portales, cerrados con cadena y candado. A lo largo de la mañana fueron dejando pasar, previa comprobación de su identidad, a los vecinos para que recogiesen sus pertenencias básicas.
Allí se reunieron varios afectados con cajas de cartón para trasladar sus enseres y rebrotó la indignación del día anterior. "No se puede concentrar en la misma zona al traficante y al drogadicto. De ahí nos vienen estos problemas. Y no va a ser el último. Nosotros somos gente normal, con nuestra hipoteca, pero en cada portal de esta calle hay una vivienda de alquiler y se convierten en pisos patera. Ni se sabe cuántos viven en cada piso", dijo Valentina de Castresana, dueña del primero del número 14. Aseguró que en la buhardilla donde se originó el incendio vivían tres personas que pagaban "unos 200 euros cada una" por 12 metros cuadrados. Esta vecina sostuvo que el supuesto causante del fuego fue expulsado "por conflictivo" de la Posada de los Abrazos, en la calle San Francisco, dos meses antes de que se incendiase en marzo de 2006, causando tres muertos.
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