Inmigrantes a la espera de una oportunidad
De lunes a viernes se repite el guión: inmigrantes corriendo por el polígono de Carrús, en Alicante, para descargar camiones. Hay decenas esperando, pero sólo pocos lo logran. ¿La recompensa? 25 euros. Son latinos, europeos del Este y subsaharianos. La ecuación es fácil. Llegan camiones con material para las industrias zapateras. Los cuatro o cinco más rápidos son elegidos para descargar los tráileres. Los empresarios hablan, pero en el anonimato. "No les pagamos mal. ¿Cuánto dinero os damos?", pregunta a un inmigrante que acaba de contratar. "Les pagamos unos 30 euros". Miente. Son entre 20 y 25 euros por cinco horas de trabajo. Las tres etnias tienen tomados los rincones de las avenidas del polígono. Acaba la mañana y enfilan la calle con destino incierto. Ahora están allí, dentro de unos minutos ni lo saben. Unos viven en pisos patera, otros no tienen casa. Unos optan por robar. Otros, por el azar.
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